La ciudad de Ávila es uno de los destinos turísticos interiores con más solera de España. En ella encontramos prácticamente de todo: un patrimonio histórico y arquitectónico envidiable, arte e historia, gastronomía, tradiciones seculares y un entorno natural que, unido a la escala humana de la ciudad y a su belleza intrínseca, hace que pasar en ella unos días sea siempre un placer para todos los sentidos.
Además la oferta de hoteles en Ávila es amplia y apta para todos los presupuestos, por los que descubrir sus encantos está al alcance de todos en cualquier época del año. La capital abulense reúne también los rasgos más positivos de la modernidad, en cuanto a calidad turística y el dinamismo que se respira en sus calles y plazas.
Sin duda, los atractivos más destacados desde siempre de la ciudad, declarada Patrimonio de la Humanidad en 1985, se encuentran en sus murallas, sus palacios y edificios religiosos, producto de la convivencia, a lo largo de los siglos, de las culturas cristiana, musulmana y judía. El esplendor de Ávila a lo largo los siglos XV y XVI se refleja, sin ir más lejos, en la treintena de casas que se conservan de la época.
Encontraremos también espacio en nuestra visita para la espiritualidad, con recorridos dedicados a la vida y obra de Santa Teresa, y festejos religiosos como la Semana Santa o el simple goce de respirar la tranquilidad y la paz que destilan sus numerosos templos. La ciudad forma parte también de la Red de Juderías, pese a los escasos restos arqueológicos que se han podido encontrar, aunque existe una amplia documentación de la riqueza de la judería abulense, que nos muestra la ubicación de sus sinagogas, cementerio, barrios de residencia y actividades comerciales.
Todo un mundo por descubrir, que no puede sino incluir, además, la tradicional gastronomía castellana, sus fiestas populares e infinidad de recorridos temáticos aptos para todos los públicos e intereses.
Foto: chicadelatele