Después de ir al Tíbet pensaba que este era el lugar más cercano al paraíso. Sin embargo, ahora tengo otro destino que ha desbancado al Tíbet en ese puesto. Se trata de Xitang, una ciudad china en la provincia de Zhejiang, un lugar con una historia de más de mil años.
Con sus edificios de las dinastías Qing y Ming, si paseáis por Xitang tendréis la sensación de estar recorriendo un laberinto de colores. Una sensación de tranquilidad y calma invade todo su entorno.
El río Yangtzé atraviesa Xitang. En ambas orillas hay edificios cubiertos de líquenes. El agua es el alma de la ciudad y hay muchos puentes que cruzan el caudal. El Puente Songzilaifeng es el más bonito de los tres puentes que se levantan sobre el canal que recorre la ciudad. Veréis muchos turistas cerca del puente, descansando y tomando fotografías de un lugar idílico.
Realmente, entre los edificios y el agua hay muy poco espacio, y en algunos puntos el agua llega incluso hasta los edificios, por lo que sólo se puede pasar a través de los puentes o bien en barca.
El centro histórico de Xitang es un lugar maravilloso. Mucha gente lleva viviendo en esas casas desde que nacieron, e incluso algunos las han heredado de hace varias generaciones. Son casas de piedra, muy antiguas, oscuras, pero perfectamente conservadas en su arquitectura tradicional.
Lo mejor de Xitang es su carácter popular. Las típicas mujeres mayores chinas, con su rostro arrugado y el pelo blanco, se sientan en las puertas de sus casas. Las mujeres lavan la ropa en el río frente a la puerta de sus casas, y algunos hombres se sientan en la ribera del río simplemente a contemplar las aguas.
Xitang es un lugar idílico y evocador, quizás el pueblo más tranquilo del mundo. Aunque creáis que no se pueden hacer muchas cosas, podéis sentaros a tomar una taza de té y disfrutar de la calma que evoca Xitang. También podemos dar un paseo en barca, contemplando la vida de un lugar que a buen seguro se halla muy cerca del paraíso.
Foto Vía PC in Shangai
