Si hubiera que hablar de uno de los símbolos arquitectónicos de Palma de Mallorca ese sería, sin ningún tipo de dudas, el Palacio Real de la Almudaina, también conocido como Alcázar Real, que ejerce como una de las residencias oficiales de la Familia Real Española.
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En el siglo XIV, concretamente en el año 1309, fue cuando comenzó a construirse, sobre una antigua fortaleza musulmana este palacio que ahora nos ocupa y que fue realizado siguiendo los patrones establecidos e identificativos de lo que es el Palacio Real de la ciudad francesa de Perpiñán.
Y es que el rey Jaime II quería que en Palma de Mallorca hubiera una construcción imponente que fuera de utilidad de la realeza y que además mostrara al mundo el valor y el poder de la misma. Y así fue, se puso en pie La Almudaina que se convirtió en el escenario de los reinados de monarcas de la talla de Felipe II.
Quien tenga la oportunidad de acceder a visitar la misma se encontrará con un sorprendente y espectacular palacio donde toman especial protagonismo su muralla que está dotada con catorce torres, el patio de armas, el Arco del Mar o los baños árabes. Todo ello sin olvidar otras estancias muy importantes como sería el caso de la Capilla del Rey, el Huerto de la Reina o la Capilla de San Jaime.
Asimismo en él se conserva un mobiliario que está conformado por auténticas piezas de coleccionista pues están datadas en el periodo que hay entre los siglos XVII al XIX.
Razones todas ellas más que suficientes para aprovechar las vacaciones en Palma y visitar este monumento, símbolo de la ciudad balear.
