Vilna, la capital que emerge

Vilna, la capital que emerge 2

Vilna, capital de Lituania o, tal como ellos lo llaman, Vilnius es una ciudad desconocida para la mayoría de europeos. Poco a poco está entrando en las rutas turísticas actuales, pero hasta hace no mucho era difícil encontrar vuelos baratos con los que poder llegar a esta capital.

Se trata de una ciudad donde podremos encontrar decenas de iglesias barrocas pintadas de colores, casas de estilo palaciego y un castillo en lo más alto de una colina que queda como el colofón del Viejo Vilnius. Es una capital que durante mucho tiempo ha sido dominada por imperios y países diversos, pero poco a poco la capital lituana va cogiendo su esplendor a través del desarrollo turístico. De hecho, tiene todas las papeletas para que pronto se convierta en una ciudad de moda.

Es difícil encontrar una ciudad con una historia más ajetreada que la de Vilna. Fundada en el año 1323 por el gran Duque de Lituania, Gediminas, llegó a ser capital de un imperio cuyos territorios iban desde el Báltico hasta el Cáucaso.

En el siglo XIV la ciudad se concentró en los alrededores del castillo, pero a partir del siglo XV y hasta el XVII, gracias a una gran prosperidad, la ciudad comenzó a llenarse de iglesias y palacios barrocos. En 1795 fue invadida a los rusos y pese a que en 1920 vuelve a recuperar la independencia, la ciudad Vilnius es anexionada a Polonia.

Cualquier visita a la capital lituana debe comenzar por conocer el Castillo de Gediminas, situado en la colina más alta de la ciudad y que del edificio original queda una torre de ladrillo rojo desde la que se domina buena parte de la ciudad. Cerca quedan también los restos de un palacio medieval. El pueblo de Lituania está convencido de que para recuperar su independencia e idiosincrasia hay que construir la Residencia Real del que hoy quedan apenas los cimientos.

En fin, una visita, como hemos dicho, a una ciudad desconocida pero potencialmente hermosa, al estilo de muchas capitales del este que vieron a partir de los noventa cómo se podía vivir del turismo.

Foto Vía: Wojsyl