La tranquilidad que se respira en la isla de Porto Santo es algo que se agradece muchísimo. Situada apenas a cuarenta kilómetros al nordeste de Madeira, su playa y sus pintorescos molinos de viento son sus principales atractivos, así como su paisaje casi lunar, el Pico do Facho o el Pico do Castelo, en el que se halla una hermosa fortaleza del siglo XII.
La mayoría de los turistas que reservan sus hoteles en Porto Santo lo hacen en la bella Vila Baleira, la principal ciudad de la isla, y en la que vivió Cristóbal Colón. Fundada en 1419, alberga a poco más de cuatro mil habitantes hoy en día. El pintoresquismo de sus calles y casas blancas, la plaza principal, el Largo do Pelourinho y los Jardines del Infante son sus principales atractivos, además de su magnífica playa y el Museo de Cristóbal Colón, en la casa que habitó el navegante.
A mí Vila Baleira me recordó mucho a algunos de los paisajes de las islas Canarias, con su aspecto volcánico y desértico. Llegar hasta ella es muy fácil, ya que está conectada por ferry, desde el puerto de Funchal, y en avión con Madeira hasta el Aeropuerto de Porto Santo. En avión apenas se tarda veinte minutos, y en barco unas dos horas.
Un placer poder disfrutar de la playa dorada de Vila Baleira, de casi diez kilómetros de longitud. Desde aquí puede verse tranquilamente la silueta del Pico do Castelo, de 437 metros de altura, que cuenta en su cima con una pequeña fortaleza, construida a modo de defensa ante los constantes ataques de los piratas berberiscos de la zona.
Otro de los grandes placeres de Vila Baleira es pasear por su entramado de callejuelas y pequeñas plazas empedradas, que se abren paso en medio de un hermoso mar de casitas encaladas. Es en verano cuando Vila Baleira se vuelve bulliciosa, especialmente los fines de semana, cuando llegan de visita los turistas que están de vacaciones en Madeira. Sentaros en alguna de las terrazas que dan hacia el mar y disfrutar de la vista.
Porque Vila Baleira, y en general Porto Santo, es uno de esos rincones idílicos que podríais descubrir. La belleza encantadora y casi silenciosa de estos destinos de paz os vendrían fenomenal.
Foto Vía Mashpedia