El azulejo es uno de los elementos más característicos de la cultura portuguesa. Llegaron por primera vez al país luso en el siglo XV, cuando aún buena parte de la Península Ibérica pertenecía a los musulmanes. Precisamente «azulejo» es una palabra de origen árabe, ya que proviene del término az-zulayj, y que se podría traducir como piedra pulida. Reserva tu viaje a Lisboa online ya y podrás disfrutar de esta belleza tan peculiar.
Si bien en muchos otros países el azulejo es un mero elemento decorativo, en Portugal forma parte intrínseca de la arquitectura más tradicional. Lo curioso del caso es que a principios del siglo XX fue un arte que cayó un tanto en desgracia, ya que se asociaba con la gente pobre. Sin embargo, todo cambió en la segunda mitad de siglo. En Lisboa, por ejemplo, son muchísimos los edificios revestidos de azulejos de aquella época, así como hasta 19 estaciones de metro de la ciudad.
Uno de los grandes impulsores del azulejo en Lisboa fue la artista portuguesa, Maria Keil, esposa del arquitecto Francisco Keil do Amaral. Su trabajo tuvo un gran impulso en la Exposición Universal de Lisboa de 1998. Las nuevas estaciones construidas para albergar la línea de metro que unía la ciudad con el recinto de la Expo se decoraron con azulejos. Allí participaron los mejores artistas portugueses del momento.
Muchas de las obras más recientes creadas con azulejo pueden verse en la Galería Ratton, que abrió sus puertas en 1987. Situada al oeste del distrito del Barrio Alto, alberga a lo largo del año numerosas exposiciones en este sentido.
Pero para disfrutar de algunos de los trabajos de azulejos más interesantes habría que ir hasta los jardines del Palacio Fronteira del siglo XVII, la Plaza del Comercio, el Museo de la Cerveza, la iglesia del Convento de la Madre de Dios y, por supuesto, el Museo Nacional del Azulejo, dedicado a preservar este arte.
Este museo posee con más de siete mil piezas la más extensa colección de azulejos del mundo. Situado en el antiguo Convento de la Madre de Dios, consta de dos plantas y diferentes salas en las que se exhiben las piezas colgadas de las paredes a modo de cuadros.
Cualquiera que sea vuestro destino en Portugal el azulejo es uno de los principales souvenirs que te puedes traer como recuerdo de tu visita.
Foto Vía Lisboando