Siempre es un buen momento para viajar a Portugal. Este país nos deja bastantes joyas que admirar, tanto en su costa como en el interior. Excursiones en parques naturales, Oporto y sus vinos, el norte, las islas y los pueblos pesqueros…
El turismo en Lisboa, por ejemplo, la capital, nos deja muchas cosas que ver, pues es rica en monumentos históricos. Para no perderte y seguir varias rutas, compra un mapa de Lisboa y recorre la ciudad si tienes un fin de semana largo, te la verás en tres días.
Como hemos apuntado, hay muchos monumentos en cada uno de sus barrios, enigmáticos y muy culturales, desde los más antiguos hasta su centro neurálgico y algo más moderno con avenidas, plazas y tiendas de diseño.
Es en el barrio de Belém donde se hallan algunos de estos edificios, como la Torre de Belém y el Monasterio de los Jerónimos, ambos son de tanta importancia que han sido nombrados Patrimonio Mundial.
No podemos dejarnos el Castillo de San Jorge, conquistado a los moros en 1147, por el que fue primer rey de Portugal. Decubre la historia de la ciudad en el interior de este castillo y admírala desde lo más alto. Un bonito mirador.
Otros monumentos que podemos visitar durante estos tres días en la ciudad son la Iglesia de San Roque, uno de los primeros centros de los jesuitas en Portugal. Su arquitectura destaca por la fusión de estilos, obras de arte, y capillas con inspiración totalmente italiana.
Por su parte, la Basílica de Estrela también es una fusión de arte de diversas épocas, como el recargado barroco a otros más elegantes, como el neoclásico. Mientas vamos paseando nos topamos con joyas y esculturas en sus estrechas callejuelas. Por ejemplo, el Monasterio de São Vicente de Fora con una riqueza de colores única.
Foto: chilangoco