¿Es un autobús?… ¿es un barco?… no… ¡¡¡ es un pato !!!, ¡¡¡ un pato que lleva a 30 pasajeros !!!. Sí, porque si estáis de vacaciones en Dublín, la mejor forma de recorrerla es a través de sus aguas. Uniros a la atracción Viking Splash Tours, y pasearéis por los vehículos anfibios que se usaron en la Segunda Guerra Mundial, y que se llaman Ducks, los patos…
Colocaros vuestro casco vikingo, con sus cuernos reglamentarios, lanzar vuestro grito de turismo-guerra, y lanzaros a la aventura. La ruta comienza en la Catedral de San Patricio del siglo XII, santo patrón de Irlanda. En ella hay monumentos de guerra, antiguas piedras celtas, tumbas de santos y otras personalidades, y la célebre Puerta de la Reconciliación, que narra la historia de la batalla de dos familias, que sólo terminó cuando uno de ellos puso su mano sobre la puerta en señal de paz.
Desde la Viking Splash Tour tendremos vistas de la Iglesia de Cristo, el edificio más antiguo de la capital irlandesa, los muelles de madera, donde una vez se asentaron los vikingos, y Four Courts, que alberga el Tribunal de lo Penal Central y el Tribunal Supremo de Dublín. Otras vistas espectaculares son la Spire, con 120 metros de altura, la estatua de Molly Malone, en homaneje a una niña que murió durante una epidemia de cólera, y el Castillo de Dublín.
Veremos también el edificio neoclásico del Custom House, precioso sobre todo de noche, así como Temple Bar, el centro cultural de Dublín. Viking Splash Tour también recorre los 400 años del Trinity College y las tiendas de Grafton Street, así como la Biblioteca Nacional de Irlanda.
La ruta se realiza alrededor del Grand Canal, que conecta el río Liffey con el Shannon. Sus orillas están llenas de bandadas de aves acuáticas, árboles y casas antiguas, un lugar encantador. Se trata de una ruta que se puede realizar en 75 minutos, y pasa por delante del ático-estudio de grabación del mítico grupo de U-2.
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