Leía en una revista hace unos años que Dios había creado el mundo en seis días con la intención de recrearse en Montenegro un día entero. Las fotos que vi en aquel reportaje me hicieron perder la razón, hasta tal punto de viajar a Montenegro con la única intención de ver si aquello que veían mis ojos podía ser cierto…
Y a fe que sí. No hay nada mejor que unas vacaciones en Montenegro para disfrutar de las cristalinas aguas del Mar Adriático, sus bellas montañas, su kilómetros de playas y la amabilidad sin fin de sus gentes.
Aún recuerdo con admiración los pequeños pueblos que salpican las montañas con sus tejados de color naranja y rojo resaltando entre la exhuberante vegetación mediterránea. Casas blancas que se mezclan con la alegría y el colorido de las calles.
Si tenéis la oportunidad de viajar a Montenegro no os perdáis Budva, el centro turístico más popular del país. Se trata de una de las ciudades más antiguas y pintorescas del Adriático. Se conoce este pueblo desde el siglo V a.C, y hoy es un lugar muy soleado y animado, con bares, restaurantes, discotecas y casinos.
Otra ciudad que no debe faltar en vuestra visita a Montenegro es Sveti Stefan, a sólo nueve kilómetros de Budva. Está encuadrada en una pequeña península, con docenas de lujosas villas y hoteles, con hermosas vistas a la costa y a las playas, ideal para los que buscan algo de más tranquilidad.
Más al norte de Montenegro se encuentra la tercera joya del país, Kotor. De camino a Kotor veréis el único fiordo del sur de Europa, la espectacular Bahía de Kotor. No lejos de aquí se encuentran las ciudades de Tivat y Herceg Novi, muy cerca ya de la frontera con Croacia.
Al sur de Montenegro se nos ha olvidado mencionar Ulcin, no lejos de la frontera albanesa. En Ulcin podréis ver la Playa Velika, una playa de arena volcánica con más de trece kilómetros de longitud. La ciudad en sí tiene mucho color y os cautivará a primera vista, con sus calles estrechas, sus iglesias y mezquitas, casas antiguas y museos.
Si viajáis a Montenegro os daréis cuenta que hay muchas sorpresas por descubrir a orillas del Adriático. Países tal vez desconocidos desde el punto de vista turístico, pero que guardan en su interior verdaderas maravillas. Yo aún sigo enamorado profundamente de Montenegro.
Foto Vía Hudson Jeremy