La Baja California mexicana cuenta con dos litorales. Al oeste el océano Pacífico, y al este el Golfo de California. Su paisaje es una alegre mezcolanza de mar y montaña. Un estado en el que bien podemos perdernos por el desierto o la Sierra de San Pedro en Ensenada, como disfrutar de la calma y el descanso que suponen auténticos oasis como Todos Santos.
Este último es uno de los pequeños paraísos de la Baja California. Si queréis ver viajes a México tal vez no encontréis muchos que os llevan hasta aquí. Una de esas joyas desconocidas para el extranjero pero muy apreciada entre los mexicanos. Todo el mundo conoce aquí Todos Santos y aún lo guarda como uno de los mejores secretos del país.
Sin ir más lejos aquí todo es sencillo y tradicional. La carretera de la costa que nos sitúa en Todos Santos ofrece el encanto de lo más genuino y original. Pequeños pueblos de pescadores que apenas han sentido el abrazo del turismo masivo, playas casi vírgenes y salvajes, solitarios arenales en donde el mar se pasea rugiendo en espuma. Resulta un enorme placer descubrir cómo la naturaleza puede llegar tan dentro de uno mismo.
Al llegar a Todos Santos descubres un pequeño pueblo de colores suaves. El centro histórico se recorre en poco tiempo, el suficiente para descubrir la sugerente mezcla de amabilidad y buen humor de sus gentes. En sus calles aún se respiran los aires coloniales llegados de otros continentes y el susurro de los siglos en los muros de las casas antiguas y las haciendas de los terratenientes. El lento discurrir de sus lugareños nos invita a pensar que aquí no se necesita demasiado para ser feliz.
La mayoría de ellos llevan varias generaciones dedicándose al cultivo de la caña de azúcar. En los alrededores del pueblo descubrimos grandes extensiones y una exuberante naturaleza compuesta principalmente por palmeras. Aquí también se cultiva el mango, la papaya y el aguacate. Podéis recorrer toda esta zona antes de contemplar playas como las de San Pedrito, los Cerritos, los Esteros, Punta Lobos, la Poza o Batequitos. Todas ellas casi solitarias e ideales para la práctica del surf.
Por algo Todos Santos está considerado Pueblo Mágico, distinción que se otorga a aquellos pueblos y ciudades que luchan por mantener y proteger su riqueza cultural. Un destino sencillo, alejado de las grandes estridencias turísticas y a pocos pasos de una de las playas más espectaculares que pueden verse en México. El sonido del océano Pacífico es uno de los grandes recuerdos que os llevaréis de aquí.
Foto Vía Mexplora