Cerca de la frontera con Italia y Francia, Sion es una de las ciudades más atractivas que os podéis encontrar. No es demasiado grande ya que apenas cuenta con 30.000 habitantes, pero su belleza pintoresca es magnífica. A orillas del río Ródano, está rodeada por las primeras estribaciones de los Alpes. Cualquier época del año es buena para visitarla, aunando el turismo rural con el histórico.
Sion es la capital del cantón de Valais y la ciudad más antigua del país. En Suiza es conocida como la ciudad rural, ya que las posibilidades que nos ofrece este tipo de turismo son numerosas. Además los valles limítrofes son exhuberantes en cultivos frutales y terrazas con viñedos, lo que equivale a un vino excelente que debemos probar en cualquiera de las tabernas del centro histórico.
A medida que nos vamos acercando a ella (se puede llegar fácilmente en coche o en tren) veremos en el horizonte la silueta de los castillos de Valere y Tourbillon. Ambos se sitúan uno frente al otro, en lo alto de dos enormes promontorios rocosos que sirven de atalaya a la ciudad. Subir a ellos y contemplar desde allí Sion es una de las visitas imprescindibles que debemos hacer.
Más placentero y relajante es pasear por el casco antiguo de Sion. Entre los edificios y monumentos que encontraremos están el Hotel de Ville, con su fachada blanca de mediados del siglo XVII y su reloj astronómico (símbolo de Sion); calles y plazas concurridas, empedradas y algunas de ellas tortuosas y empinadas; los museos de Historia Natural, Arte, e Historia; y un animado mercado cada viernes en el que comprar lo mejor de la gastronomía local.
Por su situación geográfica también podemos decir que Sion es la ciudad más soleada de Suiza. Los valles del Valais son por tanto la excursión perfecta que podemos realizar desde esta ciudad. La maravillosa vista de las cumbres nevadas al fondo son el mejor telón con el que podemos despedir esta escapada por tierras suizas.
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