Suiza es uno de los pocos lugares de Europa donde todavía quedan cosas que conocer. Además, en los últimos años, con la explosión de los vuelos low cost, es un país que podemos visitar sin grandes esfuerzos económicos.
Por ejemplo, para descubrir algunas de sus joyas, podemos emprender una ruta desde la localidad de Leuk-Stadt. Se sitúa justo en el cruce entre dos valles, el valle del Dala y el del Ródano, así como que de ella nacen dos carreteras que utilizaremos para un recorrido interesante. La población del lugar es lo más suiza que uno se pueda imaginar, con el silencio incluido. Se trata de un lugar con una gran conservación, por lo que paseando por sus calles empinadas podremos ver como viajamos hacia atrás en el tiempo.
Desde Leuk podemos coger la carretera de montaña que nos llevará hasta Leukerbad, un pueblo situado a 1.411 metros de altura. Por el camino podemos pararnos varias veces para disfrutar de sus espectaculares vistas y tramos. Los lugares de parada pueden Albinen, un pueblo que para muchos es el lugar con más encanto de la zona al poder y saber mantener sin tacha el carácter montañés de sus casas y construcciones. Se trata de un pueblo con callejones estrechos, solitarios, incluso sin asfaltar rodeados de casas de madera y aperos de labranza diseminados.
Después de cruzar el gran viaducto sobre el Dala, podemos parar también en la población de Inden, con tan sólo 110 habitantes en su censo. Este pueblo aún conserva la antigua estación de servicio que suministraba el tren eléctrico. El tren es una de las leyendas del lugar, pues transportó pasajeros entre el valle y la montaña desde 1915 hasta 1967.
En fin, así llegaremos a Leukerbad, conocida como la ciudad donde se concentran muchos de los balnearios de la región del Valais. Cuenta con nada menos que 65 manantiales de aguas termales y 22 baños, que se reparten entre municipales y privados y todos abiertos al público. 28 hoteles y más de 50 restaurantes llenan una población que apenas llega a los 1.500 habitantes.
Se trata de una ruta que no nos llevará mucho tiempo, pero que nos servirá para poder conocer más a fondo la población suiza autóctona, además de disfrutar de aguas termales, que hacen cumplir todo objetivo de las vacaciones, es decir, el relajarse.
Foto Vía: Olivier Bruchez