Badajoz, como ciudad fronteriza y de paso que ha sido desde su fundación en el siglo IX, representa un compendio de culturas y sensibilidades difícil de encontrar en otras capitales de provincia españolas. Esta población extremeña, al mismo tiempo, ha sabido adaptarse a los cambios históricos como pocos lugares en la Península Ibérica y es, hoy en día, una ciudad moderna y acogedora, abierta al visitante que, sin ir más lejos, podrá encontrar una amplia oferta de hoteles económicos en Badajoz para pasar un fin de semana inolvidable, o incluso una estancia más larga para realizar rutas por la región y por las vecinas tierras portuguesas.
Una ruta por la ciudad debe incluir con seguridad un recorrido por la zona de Campo de San Juan, cuyos orígenes se remontan al siglo XIII, cuando se construyó la nueva catedral. En ella encontramos lugares como la Plaza de España, el Palacio Municipal, la Catedral de San Juan Bautista, que mezcla estilos góticos, renacentistas y barrocos o la Casa del Cordón, del s. XVI. En la zona de San Andrés, más moderna, encontramos la Plaza de Cervantes, la Casa Puebla, de principios del s. XX y estilo regionalista de influencia andaluza.
Los principales monumentos repartidos por toda la ciudad incluyen la Alcazaba, el Cementerio de San Juan, la Giralda de Badajoz, la Plaza Alta, el Real Monasterio de Santa Ana o el recinto abaluartado (conjunto de murallas de los siglos XVII y XVIII). En cuanto a los museos, destacan el Museo Extremeño e Iberoamericano de Arte Contemporáneo (MEIAC), el Museo Provincial de Bellas Artes, el Museo de la Ciudad «Luis de Morales», el Museo Catedralicio y el Museo del Carnaval. A esta amplia oferta cultural podemos, además, añadir el gran ambiente nocturno de la ciudad y la calidad y autenticidad de gran parte de sus establecimientos de restauración, una verdadera experiencia para los sentidos.
Foto: Paco Vila
