El Etna es todo un clásico. Un fenómeno geográfico casi único y rey de la isla de Sicilia, en el sur de Italia, esta montaña de más de 3.300 metros es actualmente el volcán activo más grande de toda Europa. Si queremos visitarla, no hay problema, pues pese a encontrarse en el centro de Sicilia, este lugar tiene una cómoda oferta de hoteles.
Morfológicamente el Etna es en realidad una gran mole que ocupa una impresionante extensión de la parte Este de la isla de Sicilia. Las laderas que lo forman como montaña tienen alturas variables en torno a los mil metros reconociendo una típica forma de cono truncado que tiende hacia una pendiente moderada. A los 2500 metros aproximadamente, donde la pendiente tiende a ser más suaves, aparecen numerosos conos llamémosle modernos, y entre los 2900 y los 3250 la pendiente ya es lugar de alta montaña, abrupta, como un edificio, un enorme cono que tiene como particularidad varios cráteres con permanentes humaredas.
Se supone que la actividad volcánica de la zona del Etna comenzó allá por los 700.000 años antes de nosotros, de forma submarina, donde ese primer “foco” se fue desplazando poco a poco hacia el interior, lo que lo llevó a formar la aparición de un complejo edificio volcánico hecha erupción tras erupción.
Se saben de erupciones volcánicas desde hace ya más de 2000 años y se puede decir que la última tuvo lugar entre julio y agosto de hace tan sólo nueve años, en el 2001 y la cual arrasó por completo la estación de esquí construida en su flanco sur. Las erupciones del Etna en el siglo XIX terminaron con la formación de un denominado cráter de derrumbe, el cual posee en la actualidad un diámetro de nada más y nada menos que 3 kilómetros y medio.
Así pues, visitar el Etna es visitar uno de los fenómenos geográficos y naturales más importantes de Europa, además de los más interesantes y espectaculares. Sicilia en general y el Etna en particular pueden ser una buena opción para esta semana santa.
Foto Vía: Tbc