Dicen que una de las grandes experiencias que hay que vivir en Estambul es disfrutar de un té de menta en el barrio de Ortakoy. Recomiendo que la cumpláis a la caída de la tarde, cualquier día de la semana, o bien los domingos, cuando se celebra el tradicional mercadillo semanal que reúne a una gran cantidad de turistas y lugareños.
Ortakoy es un barrio pequeño situado en el distrito de Besiktas, a orillas del Bósforo. Un rincón muy animado y cosmopolita en el que podemos encontrar galerías de arte, bares y locales nocturnos, cafeterías, restaurantes… Si queréis ver viajes a Estambul os sugiero incluir este lugar en vuestra lista de visitas y paseos imprescindibles por la ciudad.
De noche son muchos los turistas que se concentran en la Plaza de la Mezquita de Mecidiye, junto al embarcadero. Allí mismo encontramos la Mezquita de Ortakoy, el monumento más fastuoso del barrio y una de las vistas más fabulosas y fotografiadas desde las aguas del Bósforo. La mezquita actual data de mediados del siglo XIX, aunque la original se construyó un siglo antes. Si podéis entrar en ella fijaros en la belleza que conforma la luz que atraviesa las ventanas.
Al hilo de esta plaza nacen una serie de callejuelas en donde se apiñan los turistas. Muchos van paseando y otros buscando algún restaurante donde cenar y tomar el tradicional té de menta. Los más caros son los que cuentan con vistas al Bósforo y su puente iluminado, pero para una velada íntima son ideales. Daros el capricho y enamoraréis sin duda a vuestro/a acompañante.
Para presupuestos más austeros hay incluso puestos ambulantes por las calles, en donde suelen vender las clásicas patatas asadas rellenas con maíz, queso, pasta de oliva, pepinillos o aceitunas verdes. Veréis a mucha gente por la calle comiendo esta «delicatessen» callejera, así que probarla sin problema.
Ortakoy es un barrio que tal vez no aparezca demasiado en las guías de viajes. Un lugar muy colorido, animado y que sorprende. De noche es diferente, ya que el bullicio es más turístico. De día es como más popular, más de los lugareños. Podéis visitarlo en los dos momentos para vivir ambas experiencias. Lo que sí es seguro es que repetiréis.
Foto Vía Faculty Gvsu