Si pretendemos realizar un viaje a Estados Unidos que esté alejado de los tópicos más manidos, sin duda el estado de Nuevo México representa una de las experiencias culturales más intensas que puede ofrecer el país. Alejado de la imagen de rascacielos, estrellas y cierta superficialidad que se suele tener de Norteamérica, estas tierras fronterizas son todo un compendio de herencia histórica de los primeros pobladores del continente, además de poseer un patrimonio natural inigualable y una belleza espectacular.
Desde los llanos desérticos hasta las más altas montañas, Nuevo México estuvo cubierto por el mar durante millones de años en la prehistoria, como así lo atestiguan los restos hallados en toda su extensión. Además, si estamos interesados en la historia de los pueblos indígenas, aquí tendremos un vasto terreno que explorar, lleno de lugares sagrados para la tribu de los Navajo, con amplias praderas, rico en flora silvestre y vida salvaje en excelente estado de conservación.
También podremos admirar su arte, que entierra sus raíces en la más profunda tradición de los antiguos Nativos Americanos, hasta llegar a nuestros días, en que esta actividad se ha convertido en uno de los principales atractivos del estado. En Santa Fe y Taos existen numerosos centros de arte y galerías que ofrecen la mejor selección de obras antiguas y contemporáneas de artistas y artesanos locales. En Albuquerque, la ciudad más grande del estado, se disfruta de un ambiente vital y lleno de atractivos para el visitante, con eventos artísticos, culturales y de ocio de nivel internacional, pero en todas las principales localidades hay museos y puntos de interés para ahondar en su particular personalidad e idiosincrasia.
Los amantes de la naturaleza, el senderismo o incluso de los deportes de aventura tienen en Nuevo México un auténtico paraíso esperándoles. Los recorridos son infinitos y, como ya hemos mencionado, los paisajes son de lo más variado, todos ellos protagonizados, de una u otra manera, por la presencia de los Nativos Americanos, repartidos entre 22 naciones soberanas, que incluyen a los Navajo, Apaches y otras muchas, cada una con diferentes tradiciones y características.
Foto: Patrick Nouhailler