Las ciudades coloniales caribeñas estuvieron siempre, casi desde sus orígenes, amenazadas por los constantes ataques de los piratas. No es de extrañar que muchas de ellas, vistas desde el mar, presenten un sistema defensivo en forma de torres de vigilancia, pequeñas fortalezas y franjas de murallas.
Si tenéis pensado reservar vuestros vuelos Santo Domingo, y así acercaros hasta la sugerente hermosura colonial y caribeña de esta ciudad, veréis que uno de sus principales argumentos históricos son sus viejas murallas. Estos muros fueron levantados precisamente en el siglo XVI por el Gobernador Nicolás Ovando, con el fin de salvaguardar a la ciudad de los ataques de los bucaneros.
Si hacemos un recorrido por toda la extensión de sus murallas encontraremos diferentes fuertes, fortalezas y puertas que daban acceso a la vieja ciudad colonial. En total son seis puertas de entrada y unos veinte baluartes.
Algunos de ellos son visitables y muy conocidos entre los lugareños. Entre ellos la Fortaleza de Santo Domingo u Ozama, la más antigua de la ciudad, construida en 1502 en piedra coralina. Hoy destaca en ella la figura imponente de su Torre del Homenaje y el Fuerte de Santiago, las dos edificaciones que quedan de su aspecto original.
A partir de la visita de esta fortaleza, de paso imprescindible, podemos recorrer otros puntos del bastión de las murallas. Veremos el Fuerte de San Antón, de 1672, o el Fuerte de San Diego, reconstruido completamente en 1992, el Fuerte Invencible, del siglo XVII, o el Fuerte de San José, el segundo más antiguo de las murallas, ya que fue construido en 1505.
Entre las puertas más destacadas que pueden verse en el recinto destacan la Puerta de San Diego, el principal acceso desde el puerto a la ciudad, y que fue construida en 1576, la Puerta de la Misericordia, que fue la primera que se construyó, allá por 1543, o la Puerta del Conde, frente a la cual tuvo lugar el primer acto de la Independencia de la República Dominicana en 1844.
Atravesando cualquiera de estas puertas, y adentrándonos en la belleza colonial del centro histórico de Santo Domingo, entendemos el porqué de la construcción de estas murallas. Declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO a finales de 1990, debemos dar gracias a sus viejos muros por haberlo defendido tan valientemente.
Hoy tal vez no encontremos esta muralla tal cual la original, ya que de ella salieron muchas piedras y ladrillos que sirvieron para recomponer Santo Domingo de los ataques de los piratas. Aún así, merece la pena conocer este rincón emblemático de la historia de la ciudad caribeña.
Foto Vía Donald