China es un todo un «polvorín» turístico, su vastas tierras nos deparan sorpresas poco conocidas y lugares hermosos que en ningún otro confín de la tierra podemos encontrar. La Montaña Emeishan y el Gran Buda en Leshan son parte de estos lugares.
La Montaña de Emeishan, por ejemplo, situada en el suroeste de Sichuan, al oeste de China tiene fama por sus hermosos paisajes naturales, de difícil comparación, además de su cultura budista y una exuberante flora, fauna y otros recursos naturales. Al lugar se le ha bautizado de diversos modos, nombres como «paraíso animal, «museo geológico» o «reino budista«. Sus montañas se encuentran siempre verdes y poseen una topografía especial, donde abundan las precipitaciones y su clima es totalmente cambiante. Así, un área de poco más de 100 kilómetros cuadrados, acoge más de 3.000 tipos de plantas de mucha importancia, cifra que abraza a la décima parte de las especies que viven en la China de hoy.
Su excelente vegetación y agradable clima en muchas partes del año, ha hecho de Emeishan un maravilloso destino natural donde la fauna salvaje abunda. En total habitan alrededor de 2.300 especies de animales, entre los que se encuentran animales tan característicos como el oso panda.
Por otro lado, la montaña Emeishan está catalogada como uno de los cuatro lugares sagrados del budismo y ocupa una posición muy elevada en este sector religioso. Dice la leyenda que este era el lugar donde el Buda Samantabhadra celebraba sus ritos budistas. Y es que el budismo entró en la zona de Emeishan en el primer siglo de nuestra era. Tras el desarrollo de dos mil años, la religión ha podido dejar un patrimonio más que rico de su cultura, pues actualmente en la región existen alrededor de 30 templos.
El Templo Wanniansi es quizás el más conocido e importante del lugar, pues se construyó allá por el siglo IV. Su edificación más famosa la constituye la sala de ladrillos que no tiene por sustento ninguna viga horizontal, hecho que se convierte más especial por los innumerables terremotos que la región ha sufrido durante tantos años y no han afectado a la estructura.
Foto Vía:Rako