La Torre Eiffel en París, símbolo de la ciudad

La Torre Eiffel iluminada

 

La dama de hierro de Francia, la Torre Eiffel, fue construida inicialmente para dar vida a París durante 20 años. Pero, desde su inauguración en 1889, lleva ya casi 120 años de contínua admiración y deleite, tanto desde el suelo como desde la altura de sus 276 metros. Hoy os acercamos a ella, a París, a la Torre Eiffel.

Muchas bellas palabras han descrito y calificado a la Torre Eiffel en sus 120 años de historia. Su nombre proviene del arquitecto que la construyó, Gustav Eiffel (1832-1923). Los trabajos en la base de la torre comenzaron el 26 de enero de 1887. Imaginaros que en esa época no había grúas, y los planos indicaban que debía construirse el edificio más alto del mundo. La base de la torre se halla a 15 metros del suelo.

Para este monumento, como decimos, se usó el hierro. En un principio, otros arquitectos tuvieron miedo del peso que generaría la torre, pero Gustav Eiffel los tranquilizó diciendo que no pesaría más que una casa de París. El peso total de la torre es de 10.100 toneladas. Después de una serie de batallas feroces contra los opositores del proyecto, los principales ingenieros le dieron la razón a Gustav Eiffel.

Inaugurado el 31 de marzo de 1889, este edificio encarna la sed de conocimientos del hombre. Inicialmente su altura fue de 312 metros, pero en la actualidad mide 324. La torre cuenta con un total de tres plataformas. La primera construida a 57 metros por encima del suelo. En ella podemos encontrar centros de acogida y diferentes restaurantes donde poder disfrutar de una comida en la Torre Eiffel, además de muchas tiendas para comprar vuestro recuerdo.

La segunda planta tiene 115 metros de altura, y se puede acceder a ella en ascensor o a pie. Fue en esta segunda planta donde Le Figaro creó su prensa de impresión para elaborar su diario. Hoy en día podemos degustar la cocina del restaurante Julio Verne.

Restaurante Julio Verne

La tercera planta, la más alta, se encuentra a 276 metros y ofrece una vista impresionante de toda la ciudad. Si no tenéis miedo a las alturas, este lugar es impresionante para tomar un nuevo soplo del aire francés. Hay dos maneras de llegar a la cima, a pie por las escaleras o usando los ascensores. En total son 1665 escalones, un ejercicio bastante intenso, ¿no creéis?.

Desde el suelo a la segunda planta hay cinco ascensores, uno en el pilar oriental, otro en el oeste, uno en el norte, mientras que el ascensor del pilar sur es un ascensor privado para los clientes del Julio Verne, además de que éste tiene un ascensor de mercancías.

Cuando llegamos a esta segunda planta, hay dos ascensores que nos llevan a la cima. Los ascensores tienen una capacidad de 650 a 900 personas por hora, mientras que el otro ascensor puede albergar unas 1140 personas por hora.  La increíble vista desde la cima de la torre tiene un precio de 12 euros, y la mitad para los niños menores de 12 años. El pago se puede hacer tanto en dinero en efectivo como por tarjeta de crédito.

La dama de hierro, como así también se la conoce, ha cambiado el color de sus vestidos, por así decirlo. Su color original era rojizo-marrón, en 1889, aunque luego, tres años más tarde, pasó a ser de tonalidad amarillo-ocre. Hoy encontraréis a la señorita con tres tonos de pintura en bronce. Un tono más ligero lo tiene en la parte superior de la torre, que se le dio en 1968, después de un buen número de modificaciones. Enteramente repintada cada 7 años, cada vestido de la señora Eiffel cuesta unos tres millones de euros.

Así pues, os invitamos a visitar París y su famosa Torre Eiffel. Allí podréis tomar una bocanada de aire del mismo corazón de la ciudad.