El 16 de noviembre de 1519 el conquistador español, Diego Velázquez de Cuéllar, funda la ciudad de La Habana. Y lo hace concretamente en lo que hoy es su Plaza de Armas, la más antigua pues de la ciudad, un lugar por tanto con un enorme valor histórico y arquitectónico, como ahora veremos.
Situada en el corazón de La Habana Vieja, casco viejo que desde 1987 es Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, alrededor de ella se sitúan algunos de los monumentos más importantes de la capital cubana. Destacando especialmente El Templete, un edificio construido en 1827 en el mismo lugar en el que se cree que se fundó la ciudad original. Si estáis pensando mirar vuelos La Habana reservas esta plaza es una de las visitas imprescindibles que debéis hacer.
Otro de los edificios de este enclave es el Palacio de los Capitanes Generales, obra cumbre del barroco cubano, que alberga en la actualidad el Museo de la Ciudad. Comenzó a construirse en 1776 y, además del museo, cuenta con algunas salas de gran belleza decorativa, como el Salón de los Espejos. Os recomiendo entrar en el espacio museístico para conocer un poco más sobre la historia de La Habana.
Junto al anterior edificio se halla el Palacio del Segundo Cabo, conocido también como Palacio de la Intendencia o Real Casa de Correos, y que en la actualidad acoge el Ministerio de Cultura. De estilo neoclásico, comenzó a construirse en 1772. En su interior alberga la Sala Galería Raúl Martínez, además de otros salones de estilo colonial. Como dato curioso fue el primer edificio de La Habana en el que ondeó la actual bandera de Cuba.
Curiosamente el nombre de esta plaza no se le dio sino hasta finales del siglo XVI, cuando el gobernador colonial comenzó a usarla como lugar para establecer algunos ejercicios militares.
Una plaza llena de vida a cualquier hora del día y de la noche. Del bullicio de la gente se puede pasar a la música tradicional de los artistas callejeros que tocan en ella o al mercadillo de libros de segunda mano. Sentaros en la terraza de algunos de sus cafés a disfrutar de ella y del sabor colonial que desprende. La rumba, el tambor y el sabor de la cocina criolla son algunos de esos elementos que se funden entre las piedras de esta plaza.
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