Había oído hablar de la medina de Fez. También de las de Marrakech, Tetuán y Esauira, todas ellas declaradas Patrimonio de la Humanidad. Pero no tanto de la medina de Rabat, la capital de Marruecos, la ciudad que fue fundada por los almohades en el siglo XII y que aparece protegida y abrigada por enormes murallas.
Una medina que precisamente por ser menos conocida es menos turística. Pero no por ello menos hermosa ni con menos encanto. Su laberinto de callejuelas fue creado por los moriscos del siglo XVII tras la expulsión de Felipe III, aunque su verdadero origen nos traslada hasta el siglo XII. Mezquitas, madrazas, baños turcos y riads se esconden tras de los muros por los que paseamos. Encuentra tus vuelos a Rabat online y prepárate a disfrutar de un lugar singular.
Toda la medina está dominada por la muralla de los andalusíes. La encontramos al norte de Rabat, entre la desembocadura del río Bou Regreg y el océano Atlántico. El ambiente que se respira en su interior no tiene nada que ver con la parte moderna de la ciudad. Aquí todo es tradicional, embadurnado con los olores y sabores de las especies y los pequeños comercios que se apiñan en los angostos callejones.
A mí me resultó mucho más sencillo moverme por esta medina que por la de otras ciudades de Marruecos. Las calles son más rectas y algo más anchas. Menos turística, tal vez se recojan en ella aspectos más singulares. Tampoco encuentras aquí el agobio de otros lugares, aunque lógicamente hay de todo. ¿Para comprar? Como os podéis imaginar encontraréis cualquier cosa: artesanía en barro, especias aromáticas, objetos de cuero, alimentos, cestería… Y al no ser tan turística, precisamente, los precios son mucho mejores.
Al encanto de un lugar así hay que añadirle las puertas fortificadas, las murallas, los arcos, el colorido blanco y azul de sus paredes y las espectaculares vistas hacia el océano. Se respira por igual la brisa fresca del Atlántico como las especias que empapan las calles de sabor.
La medina de Rabat no es tan grande ni tan exótica como otras medinas marroquíes. Aunque esto es algo que, si venimos buscando algo de tranquilidad, se agradece. Os llevaréis una sorpresa más que agradable, sin duda.
Foto Vía Horizon Virtuel