La Fuente de Manneken Pis se halla en la ciudad de Bruselas, y se la considera uno de los símbolos de la capital belga. Consiste en una escultura de bronce de un niño orinando en un cuenco. El chico se parece a un ángel o un querubín. A lo largo de los años, la estatua del niño ha sido vestida de diferentes maneras, según la ocasión. Cuando cambia de vestido, hay una ceremonia que lo acompaña, con un discurso y la actuación de una banda de música. Sólo teneéis que buscar vuestros hoteles en Bruselas para seguirla.
Nadie sabe realmente el porqué del origen de la fuente, pero sí que hay una leyenda, la del Duque Godofredo III de Lovaina. Este duque llevaba dos años controlando a un grupo de soldados que estaban luchando en Berthouts. Durante la contienda, el duque era colocado en una cesta colgada de un árbol para poder seguir el combate y dirigir a sus hombres. Desde allí, el duque solía orinar a veces sobre las tropas enemigas, y dicen, que así perdían la batalla.
Hay otra leyenda popular alrededor de la estatua. En el siglo XIV Bruselas estaba siendo atacada por una poderosa nación extranjera. La ciudad había logrado contener el avance enemigo, pero los recursos ya se estaban agotando. Los opositores a la ciudad idearon un plan para colocar explosivos en las murallas de Bruselas, y así poder entrar de una vez los enemigos.
Un niño pequeño, llamado Juliaanske, logró oir este plan terrible y siguió al grupo que iba a encender la mecha del explosivo que desmoronaría las murallas de la ciudad. Cuando los hombres se disponían a encenderlo, Juliaanske llegó hasta ellos y orinó sobre la mecha, logrando que la ciudad de Bruselas no fuera destruida.
Aunque nadie sabe qué leyenda cuenta la verdad, sí se sabe que la Fuente del Manneken Pis fue construida en el siglo XV. Esta estatua original fue robada varias veces, por lo que tuvo que ser sustituida en más de una ocasión. Fue en 1619 cuando el gran escultor, Jerónimo Duqesnoy, creó la estatua de bronce que hoy podemos ver.
Contrariamente a la creencia popular, la estatua del Manneken Pis no es la única de su estilo en el mundo. En realidad hay varias estatuas diferentes de niños orinando fuera y dentro de Bélgica. Pero, quizás ninguna tan famosa ni tan peculiar como la del Manneken Pis en Bruselas.
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