La belleza de la Mezquita Azul de Estambul

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Al norte de Turquía es donde se encuentra la antigua Constantinopla, hoy llamada Estambul, que es una de las ciudades más pobladas del mundo y la que tiene mayor número de habitantes en todo el país. Una urbe que nos da la oportunidad de conocer una cultura riquísima y antigua que nos sorprenderá y cautivará desde el primer momento.

Muchas son las  ofertas de vuelos a Estambul  que están disponibles pues anualmente recibe la visita de miles de viajeros de todo el planeta dispuestos a conocer los monumentos más significativos de aquella entre los que se encuentra, sin lugar a dudas, la Mezquita Azul. Un nombre que recibe precisamente por el conjunto de más de 20.000 mosaicos de este color que conserva en su interior.

En el siglo XVII fue cuando se mandó construir, por orden del sultán Ahmed I, este templo como una manera de poder apaciguar el malestar de Alá por el resultado negativo obtenido en las batallas contra la Dinastía Safawi. De esta manera, en el año 1609, y después de cuatro décadas se lleva a cabo el inicio de las obras de la primera mezquita imperial.

Frente a la mítica Iglesia de Santa Sofía se decidió erigir esta edificación que ahora nos ocupa que es un perfecto ejemplo de la perfecta conjunción entre el estilo arquitectónico bizantino y el islámico.

El maestro Sedefkar Mehmet Aga fue el encargado de poner en pie dicha construcción a la que dotó de monumentalidad, de elegancia y de belleza. Aspectos todos ellos que pueden admirarse en su fachada, en el patio o en el mihrab. Un espacio este último que está esculpido en mármol y que es una auténtica joya de arte.

El Pabellón Real y los seis minaretes de la Mezquita Azul de Estambul son otros de los elementos que hacen de la misma un lugar mágico e inolvidable.