Sin duda, Barcelona es la ciudad de los hoteles. Hay pocas urbes europeas que ofrezcan edificios de vanguardia y servicios de alta tecnología con un mimo especial para las estancias en la ciudad.
Y es que a la hora de elegir hoteles en Barcelona, lo tenemos muy fácil, puesto que hay una amplia oferta para todos los gustos. En todos los barrios encontramos un alojamiento distinto, ya sea boutique y más personal a otros más grandes y novedosos.
Una de las máximas atracciones es el hotel W Barcelona, en la marina de la barceloneta. Es especial por su decoración, como si te montaras en un gran barco erigido sobre el mar y por al cantidad de eventos que se realizan en sus modernas instalaciones.
Hotel Me es bastante similar. Se encuentra en el 22@ y desde las habitaciones más altas también podemos ver el mar. Sus habitaciones son coquetas, y mezclan el blanco, el negro y el rojo.
Además, la mayor parte de tales alojamientos cuentan con varios restaurantes de excepción capitaneados por chefs de gran renombre. Sus cartas mezclan platos mediterráneos y catalanes con referencia propias de autor.
Un caso es el del Hotel Barceló Raval, con su restaurante B Lounge. Un lugar con gran colorido y una carta nada cara con precios a partir de los 20 euros a base de platillos muy abuntantes.
Sus platos ofrecen un detalles de las culturas que habitan en el barrio del Raval. Además, para acabar siempre podemos subir a su terraza panorámica de 360º para tomar tranquilamente un cóctel mientras vemos Barcelona a nuestos pies.
Nos vamos a l’Eixample, allí encontramos el hotel Condes de Barcelona, el Majestic y el Mandarín. Los dos primeros forman parte de la historia de la ciudad mientras que el segundo ocupa un espacio de glamour del Paseo de Gracia.
Foto: soschilds
