Goat Island, el mirador de las Cataratas del Niágara

Goat Island

Goat Island o Isla de la Cabra, este es el nombre de esa pequeña isla que aparece en el centro de las famosas Cataratas del Niágara y que hemos visto tantas veces en las fotografías. Tal vez no le habéis prestado mucha atención porque nuestros ojos se pierden en el caudal de agua que cae como un rayo desde las alturas. Sin embargo siempre suele aparecer en la mayoría de las imágenes. Una isla que está considerada como la frontera natural entre Estados Unidos y Canadá, aunque pertenece al primero de los países.

Precisamente buena parte de los turistas que visitan las cataratas desde Estados Unidos se sitúan en esta isla para obtener las mejores vistas. Se accede a ella a través de dos puentes y cuenta con muchas rutas de senderismo y un ascensor que nos lleva hasta el pie de las cataratas y la Cueva de los Vientos. Si tenéis pensado ver ofertas de vuelos baratos online para disfrutar de este espectáculo de la naturaleza, fijaros en esta isla.

El nombre de ella viene de finales del siglo XVIII. Allí vivía John Stedman, un pastor que dejaba cada invierno pastando allí sus cabras. En una de estas estaciones, al regresar a la isla se encontró con que todas las cabras menos una habían muerto. En honor a ella bautizó a la isla. Desde finales del XIX pertenece al Parque Estatal de las Cataratas del Niágara, el más antiguo de los Estados Unidos.

Goat Island se halla más concretamente entre las cataratas de Shoshone Falls y Horseshoe Falls. Está deshabitada y, en la actualidad, el extremo occidental se está viendo erosionada por la fuerza de las cataratas. Las aguas de los alrededores no son demasiado profundas y están salpicadas de pequeños islotes y rocas. En el interior de la isla hay un bosque exuberante, que crece gracias al constante rocío de las cataratas.

También podemos ver en ella el Tesla Monument, una estatua en honor al inventor serbio-americano Nikola Tesla. Pero los turistas se acercan aquí expresamente para disfrutar de unas vistas incomparables de las cataratas.

Foto Vía Plum Deluxe