Chiclana, pese a ser conocida como una localidad turística de playa y a que los hoteles en Chiclana suelen acoger este tipo de turismo, no hay que olvidar que posee un entorno natural especial, por algo es tan atractivo para los visitantes.
El término municipal de Chiclana posee una extensión de 203 kilómetros cuadrados, de los cuales casi un tercio lo ocupa el Parque Natural Bahía de Cádiz, que se compone de marismas, ríos, cordones dunares, caños, islotes y otras formaciones naturales de gran interés que demuestran la perfecta armonía entre tierra y mar en el que se ubica la localidad. Y es que paseando por el centro de Chiclana nos parecerán lógicas las razones por el cual la ciudad obtuvo el galardón en el año 2002 de Bandera Verde – Ciudad Sostenible.
Y si el entorno, las formaciones naturales del entorno de Chiclana son atractivas, ni qué decir de la fauna. Las golondrinas, las cigüeñas en incluso los camaleones forman parte del variado entorno animalístico que posee Chiclana, los cuales además se pueden observar no lejos del núcleo urbano. La posibilidad de visitar ecosistemas diversos cerca de la ciudad hace del lugar un sitio especial.
Hay que llamar la atención sobre los pinares y lagunas del entorno de Chiclana. Los primeros ocupan un destacado lugar dentro de la comunidad vegetal de la zona. Son de especial belleza el Pinar de la Espartosa, el Pinar del Parque La Barrosa y el Pinar del Hierro, los cuales nos enseñarán la vegetación típica de la zona. En cuanto a las lagunas, a ambos lados del río Iro se forman diversas lagunas y charcas temporales de los cuales se pueden destacar las lagunas de Jeli y Montellano, las dos declaradas como reservas naturales y zona de protección para las diversas aves que en ella pasan gran parte del año.
Así pues, si vamos a Chiclana no nos quedemos tan sólo en sus atractivos más típicos o tradicionales, la zona posee un gran interés natural e incluso podríamos viajar a Chiclana tan sólo por eso.
Foto Vía: Vibragiel