Pese a que la idea que tenemos de Nueva York se reduce muchas veces a lo visto en las películas y leído en los libros, si encontramos uno de los tantos vuelos baratos a Nueva York que se ofrecen, nos sorprenderá lo realista y a su vez no realista que las películas y los libros nos enseñan de Nueva York.
Dejando de lado las cosas típicas de Nueva York, podemos visitar los museos, no tan conocidos como los de las diversas capitales europeas, pero a su vez interesantes y totalmente recomendables. Una de las propuestas museísticas de la que es, seguramente, la ciudad símbolo de los Estados Unidos es la Metropolitan Museum of Art, ubicado en el número 1000 de la Fifth Avenue, es decir, en la Quinta Avenida.
El museo comienza su historia en 1880, cuando abre sus puertas en su misma ubicación actual. Desde el año 1870 fue promovido por la Union League Club, una idea que se gestó nada más y nada menos en París y que tenía como objetivo crear en Nueva York un gran museo al estilo europeo.
Fue diseñado por los arquitectos Calvert Vaux y Jacob Wrey Mold y no ha habido época en el que ha sido reformado y ampliado, reformas que lo han llevado a su superficie actual de 186.000 metros cuadrados y 248 galerías.
Podremos ver diversos periodos artísticos en un sólo museo, obras de gran calado de grandes artistas. En el Metropolitan Museum of Art hay pinturas de Monet, Van Gogh, Renoir, Rembrandt, Tiziano, Velázques, El Greco y Goya, así como templos enteros como el Templo Dendur, edificio levantado el año 15 a.C. a orillas del Nilo.
De la misma manera que los grandes museos europeos como el Louvre, el British Museum o el Pergamo, la visita el Museo Metropolitan de arte puede durar varios días, por lo que se recomienda planificar bien la visita y dirigirnos a las salas que nos sean de interés.
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