En el mediterráneo existen islas de excepción. Las islas baleares se convierten en referencia a la hora de elegir nuestras vacaciones, pues ofrecen máxima calidad e grandes infraestructuras. A la hora de reservar hoteles en Mallorca, hemos de tener en cuenta aquellos que se hallan más cerca de mar, sobre todo si queremos ir andando a recónditas playas y calas.
Es una isla pionera en turismo que hace muchos que se sitúa en el podium de destinos vacacionales. En Palma de Mallorca, su catedral, ubicada al lado del mar, es eje central de casco urbano, comercial y con encanto. También lo es el castillo y muchas casas señoriales que encontramos en el mismo paseo.
La belleza de la isla de Ibiza es otra de las opciones. Ya sabemos que la marcha nocturna es protagonista de la isla de la marcha, pero también son destacables sus edificios, la bahía de San Antonio, las calas, sus casas típicas en color blanco y los museos etnográficos.
Las islas griegas no pueden ser más especiales. Santorini es calma y relax, pero también diversión, pues tienen lugar sus fiestas en embarcaciones durante todo el día. La cultura griega es fascinante y en cada población encontramos algún motivo que nos recuerda a nuestros antepasados.
Cerdeña es un buen destino para la temporada estival si requieres playa y algo de lujo. Con tu pareja o amigos, existen muchos alojamientos para compartir y algunos resorts de máxima categoría, sobre todo en costa esmeralda, un paraíso hecho realidad de aguas cristalinas verdes y azules. Es muy típico coger una embarcaciones para visitar los bellos parajes que nos deja el sur de la isla.
Menorca nos ayudará a alcanzar el relax que tanto buscábamos. Calas de envidia, deportes náuticos, espeleología, visitas a yacimientos arqueológicos, torres y fortificaciones, castillos… todo ello en una sola isla que recorrer.
Foto: paco_esteban