Si no sabemos qué hacer esta Semana Santa, ya es hora de que vayamos reservando alguno de los vuelos baratos hacia el Peloponeso, cuna de la civilización occidental. Aquí podremos visitar diversas ciudades que nos recordarán de dónde procede Europa.
Atenas es un buen lugar para comenzar. La joya de la capital griega es sin duda la Acrópolis, del siglo V a. C., recinto que es declarado Patrimonio de la Humanidad desde hace más de veinte años. Para visitar el conjunto tendremos que pagar, pero si queremos ver el Museo de la Acrópolis, podremos entrar gratis. Otro enclave arqueológico de sumo interés en Atenas puede ser el Ágora, que entre el siglo VI. a. C. y el año 267 fue el centro de la actividad social de la antigua polis.
Podemos hacer una segunda parada en Corinto, lugar donde se localiza el istmo del mismo nombre y que sirve de punto de unión entre la península del Peloponeso y la Grecia continental. Aquí podremos encontrar, para los ingenieros, un canal que es símbolo de la ingeniería del siglo XIX, el cual posee 6 kilómetros de largo y 23 de ancho. Aquí también podremos ver un yacimiento arqueológico, el cual se remonta desde el año 2.000 a. C. aunque tiene su esplendor hacia el VII a. C. El templo de Apolo merece la pena.
Micenas y Epidauro pueden ser también un buen destino. Al nordeste de la península, podremos encontrarnos con Micenas, cuna de la civilización micénica que dominó la región entre los años 1500 y 1100 a. C. y asentó las bases de la posterior Grecia. El acceso a la ciudadela la podremos realizar por la Puerta de los Leones y en su interior podremos ver, entre otras cosas, las relevantes tumbas del Círculo A y el Palacio Real. A tan sólo 70 km. está Epidauro, también Patrimonio de la Humanidad y donde existe un teatro con más de 2400 años y capacidad para 14.000 personas. El santuario de Asklepios también es de la misma época.
En otro post continuaremos con el Peloponeso, cuna de la civilización actual del viejo continente.
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