Resulta curioso que una ciudad tan relativamente no demasiado grande como Granada necesite de varios días para poderla saborear. Tiene mil y un detalles que en muchas ocasiones se nos escapan a la vista. No ya solo en los vericuetos de las intrincadas calles de su centro histórico, sino también dentro del recinto de la Alhambra.
Tras los muros de este imponente conjunto de palacios nazaríes hay una serie de joyas de enorme calado. Unas destacan por su suntuosidad, mientras que otras brillan por la hermosura de su sencillez. Entre estos últimos a mí particularmente me enamoró el Patio del Mexuar, una de las estancias tal vez menos conocidas del interior de este emblemático monumento.
Tanto si vais a Granada para conocer la ciudad como si queréis hacer esquí en Sierra Nevada, la Alhambra es una visita más que imprescindible. Digamos que el Patio del Mexuar es la puerta de entrada a los Palacios Nazaríes, que se completan con el Palacio de Comares y el Palacio de los Leones. El de Mexuar es con gran diferencia el más sencillo y pequeño de los tres. Su belleza radica en el halo de misterio que lo envuelve.
Porque en realidad no se sabe con certeza cuál fue su finalidad. Hay muchas teorías al respecto, aunque la más general alude a que en él se situaban los magistrados responsables de impartir justicia real. Otras hablan de que esta zona se dispuso como habitación para Isabel de Portugal durante su estancia en la Alhambra, aunque curiosamente nunca llegó a ocuparla.
Cuenta con cuatro columnas rematadas por capiteles nazaríes de singular belleza en el centro que soportan un conjunto de ménsulas decoradas con mocárabes. A continuación se halla el patio propiamente dicho, que dispone de una fachada espectacular, la de Comares, considerada de las más hermosas de todo el recinto de la Alhambra. Fijaros en la techumbre en madera de cedro y las ventanas cerradas con celosías.
Cuando los turistas llegan a esta patio se disponen en el centro para disfrutar de su aspecto pulcro y relajado. A pesar de las diferentes modificaciones que ha vivido a lo largo de los siglos sigue siendo un rincón maravilloso. El Oratorio del Mexuar, el Cuarto Dorado y su patio y la Fachada de Comares son atractivos que os dejarán tan perplejos como yo me quedé frente a ellos.
Foto Vía Epapontevedra