Los maravillosos y enigmáticos paisajes de Túnez son un gran reclamo para el turista. Si alguna vez habéis soñado con grandes extensiones de arena, oasis y paseos en camello, este país es el mejor destino para convertirlos en realidad. Ciudades mágicas en medio del desierto, minaretes que rozan el horizonte y el bullicio constante de cualquier medina.
Si estáis mirando ofertas de viajes a Túnez hoy os proponemos la oportunidad de visitar y conocer uno de los grandes oasis de este país. Se trata del Oasis de Chebika, una de las grandes joyas del desierto. Lo encontráis muy cerca de la frontera con Argelia, en la región de Tozeur, un lugar que parece salido de la nada, como del fondo de la tierra. ¿Cómo puede surgir la belleza así como así? En Túnez es algo propio y natural.
En este oasis viven los famosos tuaregs, rodeados de palmeras y la conocida como la gran cascada del desierto. No es que sea de gran altura, pero sobrecoge su belleza en medio de la nada. Os podéis meter en ella si hace bastante calor y disfrutar de sus aguas azules y cristalinas. Fijaros también en las rocas y las piedras, en las que pueden verse gran cantidad de fósiles marinos. Hay que recordar que hace 90 millones de años todo esto estaba bañado por un gran océano.
En los últimos años la zona se ha vuelto demasiado turística, ha perdido un poco el encanto de antaño. Incluso hay puestos en los que se venden los típicos turbantes de los tuaregs, para que nos vistamos como ellos, o telas de colores de todos los gustos. Aunque más exóticas resultan las serpientes embotelladas del desierto, un souvenir muy típico aunque… algo friki, ¿no?
Pero lo que más sorprende es encontrar este oasis completamente perdido de la civilización. Allí, al pie de las montañas del Djebel El Negueb y el desierto, escuchando el sonido del agua. Un lugar idílico y de ensueño, al que los lugareños también llaman el castillo del sol y que ya conocían también los romanos. Nada mejor que este oasis para llevarnos a casa el encanto mágico de los paisajes de Túnez.