No fue sino hasta la tercera vez que fuimos a Roma cuando descubrimos este lugar tan mágico y evocador. No suele estar entre los itinerarios más turísticos de la Ciudad Eterna, pero el Cementerio Protestante de Testaccio, más conocido como el Cementerio de los Artistas y Poetas, es un lugar al que tenéis que ir.
Hay muchos vuelos baratos que os pueden llevar fácilmente a esta magnífica ciudad. Tal vez estemos ante uno de los cementerios más bellos del mundo. Está situado junto a las antiguas murallas romanas y a la sombra de la Pirámide Cestia, del siglo I a.C, y la antigua Puerta de San Paolo.
Resulta increíble comprobar que a pesar del caótico tráfico que hay a las afueras, una vez traspasado las tapias del cementerio el silencio de apodera de todo. El canto de las aves y la silueta de los pinos y cipreses son una verdadera postal maravillosa.
A este cementerio llegaban todos los judíos, musulmanes, cristianos ortodoxos y ateos que no podían ser enterrados en los cementerios católicos de Roma, tanto residentes en la ciudad como extranjeros. Curiosamente hasta 1870 estos enterramientos no católicos sólo podían celebrarse por la noche, y los símbolos de la cruz estaban completamente prohibidos.
Hay una gran cantidad de extranjeros enterrados aquí. Os daréis rápidamente cuenta en el idioma de las lápidas. Aquí yacen poetas, escultores, pintores, arquitectos, filósofos, ya hasta turistas ocasionales que enfermaron y murieron en la ciudad estando de visita.
Uno de los más famosos que se encuentra aquí es el poeta Keats, quien vino a Roma en septiembre de 1820 con la esperanza de mejorar su salud, pero murió pocos meses después a la edad de 26 años. En su lecho de muerte le preguntó a su amigo, el pintor Severn, cuál era el mejor lugar de Roma para ser enterrado, y él le dijo que el Cementerio de los Artistas y Poetas.
Podéis reservar vuestros vuelos baratos a Roma y visitar su tumba, o la del poeta Percy Bysshe Shelley, esposo de Mary Shelley, la autora de Frankestein, así como la de uno de los hijos del escritor alemán Goethe. Todo el cementerio está lleno de estatuas, fuentes y centros de flores y rosas.
Generaciones de escritores y artistas suelen peregrinar hasta este cementerio. Oscar Wilde lo definió como el lugar más santo de Roma, mientras que Henry James lo definió como lo más maravilloso que había visto en Italia. Algo que ya de por sí es cuanto menos interesante, ¿no os parece?.