Nos hablaron de la ciudad de Tomar (situada a poco más de 130 kilómetros al noreste de Lisboa) como una de las mejores excursiones que podíamos hacer si estábamos en la capital portuguesa. Una vez allí no debíamos dejar de admirar el imponente Convento de Cristo, uno de los edificios religiosos más importantes de Portugal. Por algo es Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde 1983.
Si se nos acaba nuestra lista de qué ver en Lisboa, no lo dudéis. Alquilad un coche y dejaros llevar por el encanto de Tomar y su convento. Dicen los entendidos que es la obra maestra de la arquitectura manuelina en Portugal. Su origen nos lleva al siglo XII, cuando los caballeros Templarios fueron hasta Tomar para ayudar en la reconquista cristiana.
Con la victoria y la ocupación cristiana, el Gran Maestre del Temple en Portugal, Gualdim Pais, fundó el convento. A partir de entonces se le fueron añadiendo más detalles, como el claustro y la fortaleza de los Templarios en el siglo XV, o la iglesia y nuevos claustros un siglo más tarde. Además de la visita a estas estancias podríamos pasarnos horas y horas descubriendo la infinidad de detalles de su arquitectura.
Precisamente hay que admirar la riqueza manuelina de la fachada, que data de 1530. A su lado la famosa girola del siglo XII, muy decorada interiormente con pinturas y esculturas. Veréis en ella las influencias del momento: árabes, bizantinas y occidentales. Estas pinturas y esculturas fueron colocadas a partir de 1499 gracias al gusto por el arte del rey Manuel I, pinturas que representan la vida de Cristo y esculturas especialmente de ángeles.
El interior de la iglesia es grandioso y deslumbrante. La profusa talla de los detalles se manifiesta sobre todo en la Sala Capitular y sus vidrieras, que proyecta la historia de Portugal como potencia marítima.
Del convento destacan también sus ocho claustros, el más antiguo del siglo XII. Los más hermosos son el Claustro de Juan III (el principal), construido a finales del siglo XVI; el Claustro da Lavagem, construido en el siglo XV por orden de Enrique el Navegante; el Claustro del Cementerio, también erigido por orden de Enrique; y el Claustro de Santa Bárbara, uno de los más recientes, ya del siglo XVI.
Así pues, si tenéis tiempo y queréis hacer una excursión desde Lisboa, nada mejor que la histórica ciudad de Tomar. Allí os espera el Convento de Cristo, obra maestra de la arquitectura religiosa en Portugal.
Foto Vía Gregorio Grasselli