Cada ciudad tiene su propia particularidad que la hace diferente a las demás. Todas cuentan con un carácter genuino y único que las convierten en grandes atractivos. De Amsterdam, precisamente, podríamos relatar varios, aunque uno muy particular y especial son sus canales.
Por algo a Amsterdam se la conoce como la Venecia del Norte. Hay otras ciudades en Europa que también se ven atravesadas por canales, pero tal vez los de Amsterdam son posiblemente los más conocidos. De hecho, hace apenas un año su cinturón de canales fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
No hay mejor manera de descubrir estos canales, y de paso la ciudad, que a bordo de un pequeño crucero. Hay que remontarse a 1621 para encontrar ya los primeros cruceros por los canales de Amsterdam, cuando la reina Isabel Estuardo de Bohemia entró en Amsterdam a bordo de una serie de pequeños barcos, ante los vítores de los miles de habitantes de Amsterdam que se apostaban en las orillas y los puentes.
Desde entonces, los cruceros por los canales de Amsterdam han sido uno de los principales atractivos turísticos de la ciudad. Más de tres millones de pasajeros los frecuentan cada año. La flota turística de doscientos barcos está a disposición de los viajeros a cualquier hora del día.
Hay barcos privados que se pueden alquilar, aunque son un poco caros ya que la mayoría de ellos son barcos de lujo que, hace unos cien años, comenzaron a funcionar como pequeños hoteles exclusivos. Muchos de ellos han sido restaurados y están a cargo de pequeñas empresas privadas, que se encargan de celebrar pequeñas fiestas a bordo, cenas románticas o distintas celebraciones. Los más baratos son los cruceros de dos horas, con la típica cenita de velas, o el crucero de hora y media que nos lleva a visitar el Museo Van Gogh.
Y luego tenemos los cruceros públicos, grandes compañías que operan en la Estación Central o el centro histórico de Amsterdam. La mayoría de ellos disponen de varias rutas, con unas catorce paradas en los principales museos y atractivos de la ciudad. Algo así como un bus turístico, pero a bordo de un barco y disfrutando de unas vistas panorámicas muy especiales. Los billetes de estos cruceros son válidos para todo el día, por lo que podéis subir y bajar cuando queráis.
Como veis, ir a Amsterdam y no hacer un crucero por sus canales sería un delito turístico de primer nivel. No perdáis entonces la oportunidad.
Foto Vía Amsterdam City Cruises