Córdoba, ciudad palaciega

Córdoba, ciudad palaciega 2

La Mezquita, los Alcázares de los Reyes Cristianos o la Sinagoga son tres de los monumentos que han convertido a Córdoba es una de las más bellas y ricas desde el punto de vista artístico. Pero tampoco hay que olvidar que en dicha urbe andaluza existen otras muchas construcciones que hacen que casi sea obligatoria visitar por una vez la misma.

En este caso nos estamos refiriendo a sus palacios, edificaciones señoriales que han hecho que Córdoba también pueda ser definida como ciudad palaciega.

El Palacio de Viana es, sin lugar a dudas, uno de los más importantes que posee esta tierra y es que cuenta con la catalogación de Monumento Histórico Artístico Nacional y Jardín Artístico.

En el siglo XIV parece ser que fue cuando se iniciaron las obras de su puesta en marcha en las que jugó un papel importantísimo Juan de Ochoa, al que se le atribuye especialmente su espectacular fachada de estilo manierista.

No obstante, no sólo su portada es el elemento que ha convertido a esta construcción en un lugar de obligada parada, también lo son sus patios, el mobiliario que posee y que está datado en el siglo XVII, la espectacular biblioteca con más de siete mil volúmenes o salones como el de Las Artes donde puede admirarse una amplia colección de pinturas procedentes de todos los rincones del mundo.

El segundo palacio más significativo de Córdoba  es el Palacio de la Merced, el que fuera antiguo convento y el que actualmente ejerce como sede de la Diputación Provincial.

En el siglo XIII es donde tiene su origen esta edificación que actualmente conserva el aspecto que se le otorgó allá por el siglo XVIII. En ella adquieren especial protagonismo el claustro, la iglesia o su sorprendente portada de piedra.

Aunque estas dos son las construcciones palaciegas más significativas tampoco hay que obviar que existen otros igualmente importantes el Palacio de Orive, el Palacio del Duque de Medina Sidonia, el Palacio de los Marqueses del Carpio o el Palacio de los Luna.