Copenhague, el mágico rincón de la Sirenita

La Sirenita en Copenhague

Copenhague es la capital del reino más antiguo del mundo, Dinamarca, la ciudad más grande de Escandinavia. El país tiene una población de cinco millones y medio de habitantes, de los cuales más de un millón residen en la capital. Hoy en día, Copenhague es una preciosa ciudad multicultural.

Uno de los mayores intereses de Copenhague es ver cómo ha llegado a pasar de un pequeño pueblo de pescadores que casi nadie conocía a la deslumbrante capital del imperio danés. En el pasado la ciudad se llamaba Havn, que significa el puerto, ya que la mayoría de sus habitantes se dedicaban a la pesca.

En 1343 el rey Valdemar Atterdag convirtió a Copenhague en la capital de Dinamarca. Justo en el centro de la ciudad se encuentra el palacio de Amalienborg, residencia hoy de la reina Margarita II. En lo que respecta a la arquitectura, una de las mayores atracciones de la ciudad es el puente de Oresund, abierto al tráfico en julio del 2000. Este puente conecta Dinamarca con Suecia. Durante más de un centenar de años, estos países han querido crear un enlace fijo entre Malmoe y Copenhague, algo que ha sucedido ahora realmente. En apenas 20 minutos se puede llegar a Suecia desde Copenhague.

Copenhague es una gran ciudad para visitar, ya sea paseando a lo largo de sus calles empedradas y estrechas, sus plazas, o bien admirando sus edificios antiguos en la plaza más grande de la ciudad, la del Ayuntamiento, donde pueden llegar a congregarse hasta 50.000 personas. Si queréis pasarlo bien visitar los jardines del Tivoli, uno de los parques de atracciones más famosos del mundo. Abrió sus puertas en 1843. Tiene de todo, desde tiovivos hasta teatros y restaurantes, justo en el corazón de Copenhague.

 Ópera de Copenhague

Otra de las atracciones de Copenhague es la Ópera, uno de los teatros más apreciados y conocidos en Europa, casi tan especial como la Casa de la Ópera en Sidney. Pero quizás el símbolo de la ciudad sea la estatua de la Sirenita, sentada en el puerto de Langelinie. La escultura fue erigida en 1913, y desde entonces se ha convertido en una de las imágenes más fotografiadas del mundo.

El cuento de hadas de La Sirenita fue escrito por Hans Christian Andersen en 1837. Más tarde, Disney realizó la película del mismo nombre, y Copenhague ofrece aquella estatua en honor del gran escritor danés.

Además de las visitas turísticas, Copenhague es fabulosa para ir de compras. Los daneses son famosos por sus ropas de diseño, sus muebles, la cerámica y la joyería. Después de disfrutar de todo esto, lo mejor que podemos hacer es irnos de cena. Ya sea comida tradicional o cocina mundial, Copenhague tiene de todo, desde cafeterías a clubes nocturnos.

Como véis, Copenhague está llena de vida. Definitivamente es un lugar en que se pueden ver y hacer infinidad de cosas. Desde paseos tranquilos y visitas relajantes a una vida nocturna muy ambientada. Un lugar único en el norte de Europa.