La mayoría de los turistas que se deciden a pasar sus vacaciones en Marbella lo hacen dispuestos a disfrutar de los rincones más lujosos y con más glamour de la ciudad malagueña. De ahí que apuesten por hospedarse en los mejores hoteles en Marbella para vivir una estancia absolutamente inolvidable.
No obstante, también es importante saber que además de los resorts, de Puerto Banús o de los locales de ocio más impresionantes, esta urbe cuenta de la misma manera con otra serie de rincones que merece la pena conocer. En este caso nos estamos refiriendo al conjunto de monumentos que posee.
En este sentido, uno de los rincones patrimoniales y artísticos más interesantes es lo que antiguamente fue el recinto amurallado. En él pueden admirarse construcciones como la Plaza de los Naranjos donde se ubican monumentos tan relevantes como la Casa del Corregidor. Esta es una edificación señorial que fue levantada en la segunda mitad del siglo XVI, concretamente en el año 1552, dotándola de elementos góticos y renacentistas. No obstante, en ella lo que más llama la atención es el artesonado mudéjar.
De la misma forma, tampoco hay que pasar por alto otro monumento igualmente significativo en el casco histórico como es el caso de la Ermita de Santiago. El templo más antiguo que existe en Marbella es este que fue levantado en el siglo XV y que destaca especialmente por su tejado morisco.
A estas dos construcciones significativas de la ciudad malagueña habría que añadir una tercera: la Casa Consistorial. En la mencionada Plaza de los Naranjos es donde se encuentra también aquella que se levantó en el año 1568 con el objetivo de conmemorar, como así lo establecen las inscripciones que posee, la toma de la urbe por parte de los Reyes Católicos.
El Hospital Real de la Misericordia, el Hospital Bazán o la Ermita del Santo Cristo de la Veracruz son otros de los monumentos importantes de Marbella que merece la pena conocer para descubrir así la parte menos frívola de la misma.