Fuengirola es seguramente conocida por sus playas. Y es que no es para menos, el municipio malagueño es la única ciudad de España que posee la bandera azul de la calidad en todas sus playas. No obstante, por raro que parezca, hoy no hablaremos de las playas de Fuengirola, sino que de sus monumentos.
En cuanto a destino turístico excepcional, los hoteles en Fuengirola son de excelente calidad, por lo que no nos tenemos que preocupar por este aspecto tanto si vamos a sus playas como si compartís con nosotros el amor por el patrimonio cultural.
Así pues, comencemos. El primer monumento de Fuengirola que presentamos es el Castillo Sohail, una alcazaba árabe levantada sobre una fortaleza romana anterior. En realidad el monumento se encuentra en una pequeña colina aislada junto a la desembocadura del río Fuengirola y la mayor parte de lo que podemos hoy día contemplar es de la época del califa Abderramán II, el gobernante que mandó construir el castillo hace ya más de mil años. No obstante también se han encontrado vestigios fenicios y púnicos por los terrenos de su alrededor.
Uno de los monumentos civiles interesantes de Fuengirola es la Finca del Secretario, el cual, pese al nombre, trata de un yacimiento romano datado en los siglos I y V. El yacimiento se sitúa junto al Arroyo Pajares, en el barrio de Los Pacos. El complejo se encuentra dividida en dos y presenta a su vez dos zonas bien diferenciadas, a saber, por un lado la factoría de salazón y por otra la zona termal. Podemos destacar de ella, una sala porticada decorada con mosaicos.
Siguiendo con los restos romanos, hay que decir que estos de la Finca del Secretario no son los únicos, sino que hay más. Por ejemplo las Termas de Torreblanca, los cuales son un yacimiento arqueológico de origen romano descubierto en 1991.
En cuanto a la arquitectura religiosa destacaremos la Iglesia de Nuestra Señora del Rosario, el principal templo católica de la ciudad. Situado en la Plaza de la Constitución podremos destacar la portada de estilo barroco formado por dos pilastras y un frontón partido.
FOTO VÍA: Cayetano