Casablanca une experiencias árabes con un paisaje más moderno y casi occidental, si la comparamos con el resto de grandes ciudades de Marruecos. Por el transporte, no te preocupes, pues cada vez son más los vuelos baratos a Casablanca, con muchas ofertas que debes tener en cuenta.
En estos tiempos, viajar es mucho más económico. Consulta y planifica tu viaje, con los hoteles más destacados y date una escapada, porque en verano los precios son siempre más altos y el calor de Marruecos se hace algo insoportable.
Casablanca presume por ser la primera ciudad del país en número de visitantes y centro económico y financiero. Con el primer puerto del país, la ciudad se erige como una de las que más han evolucionado con unm desarrollo exponencial al paso de los años.
De la ciudad no podemos perdernos la antigua medina, donde se hallan los sitios con más historia, los tradicionales mercados y una vida en movimiento que no para. Está rodeada de murallas del siglo XVI, y en ella están las conocidas puertas Bab Jédid, y Bab Marrakech.
Paseando por la medina, nos topamos con el santuario de Sidi Kairouani, la Scala, y las mezquitas Ould el Hamra y la de Dar El Makhzen, todo un símbolo en la ciudad.
No menos conocida es la gran mezquita de Hassan II, uno de los monumentos más representativo del siglo XX en el país. Es importante por su grandiosidad, tanto en el exterior como el interior. Su importania es tal que, no en vano, cuenta con el minarete más alto del mundo, de 200 metros de altura.
Para ir de compras, qué mejor que dar vueltas por el barrio de Habous. Calles, plazas, mercados y tiendas de artesanía se da cita para que empleen la técnica del regateo con arte y maestría para llevarte los mejores productos a precios de saldo.
Foto: onico