Belgrado, capital federal de lo que antiguamente fue Yugoslavia y lo que hoy día a quedado de Serbia, es uno de los viajes desconocidos más interesantes en la Europa actual. Por su situación, siempre en la periferia de los imperios más importantes, ha sido fuente y víctima de conflictos bélicos. Los últimos aún son bien patentes, pues veremos edificios derruidos por los bombardeos de la OTAN no hace mucho más que diez años.
Por aquí han pasado romanos, turcos, bizantinos, austriacos y otros pueblos que han tenido esta zona como objetivo interesado. De hecho, el claro ejemplo de los muchos conflictos que ha vivido Belgrado a lo largo de su historia lo podemos ver en su atracción turística principal, a saber, la Fortaleza de Belgrado, conjunto que domina la colina sobre la boca de los ríos Sava y Danubio.
De hecho se trata de un complejo de muchas fortificaciones construidas y derruidas a lo largo de la historia y los que más destacan hoy día, los que mejor se conservan son las del siglo XVII. Aún así, a lo largo de la ciudad podemos ver también puertas medievales, iglesias ortodoxas, baños turcos y tumbas musulmanas, lo que nos da una idea aproximada a la cantidad de influencias que ha tenido Belgrado a lo largo de su historia.
Alrededor de la fortaleza se sitúa el parque Kalmegdan, el parque más grande de la ciudad y sin duda el lugar favorito de ocio para los lugareños. Además, aquí también podremos visitar diversos monumentos dedicados a personajes ilustres, el Zoo, instalaciones deportivas y restaurantes.
La ciudadela se divide en la Ciudad Alta y la Ciudad Baja y sus dos principales entradas son las puertas de Sahat y Stambol. En la parte alta de la fortaleza podremos ver la Torre del Reloj, el Sahat-kula, construido en el siglo XVIII y usada por los turcos como torre de vigilancia. El Museo de la Fortaleza y el Museo Militar son otros lugares interesantes a visitar.
No obstante, no solo el conjunto de la fortaleza sino que las vistas naturales de este alto nos dejarán deslumbrados. Desde el lugar podremos observar la unión de dos de los ríos más importantes de Europa, el Sava y el Danubio, que se unen en un espectacular paisaje que le deja a uno pequeño. Especialmente recomendado en las últimas horas de la tarde, cuando se genera un ambiente especial que deja a uno en otro mundo.
Foto Vía: Igor Jeremić