Jordania es uno de los países más apasionantes del próximo oriente, lleno de espectaculares paisajes y excepcionales monumentos de la antigüedad. Un vuelo a Amán, desde la mayoría de las capitales europeas, nos trasladará en unas pocas horas a un mundo lleno de interesantes tradiciones y cultura, que lleva siglos fascinando a viajeros de todo el mundo, en lo que antes era una auténtica aventura llena de riesgos y hoy se pone al alcance de nuestra mano con las mayores facilidades.
La historia de Jordania cuenta con más de 4.000 años, llenos de influencias de los más diversos invasores y colonos, como los hititas, egipcios, israelitas, asirios, babilonios, persas, griegos, nabateos, romanos, árabes, cruzados, mamelucos y otomanos. Todos ellos han dejado su particular huella en sus ciudades, pueblos y aldeas, en las que siempre encontraremos algún vestigio, ruina o monumento representativo, mediante el cual podremos imaginarnos el día a día de los habitantes del país en los sucesivos periodos históricos.
Entre los destinos turísticos de Jordania, destaca por ejemplo la ciudad de Petra, ubicada en un valle accesible sólo cruzando un largo desfiladero, con construcciones excavadas en la roca de la montaña y considerada una de las Siete maravillas del mundo moderno. No nos podemos perder las ciudades romanas de Gerasa y Gadara, con ruinas del siglo I. En la capital, Amán, también encontraremos ruinas romanas, así como mezquitas, castillos e iglesias cristianas de época bizantina.
Hacia el este y en pleno desierto, podemos hacer una ruta por los castillos musulmanes de los siglos VII y VIII, entre los que destaca el de Qasr Kharana. En Madaba se encuentra el mapa más antiguo del mundo realizado sobre mosaico, y en el Mar Muerto, el lugar más bajo de la Tierra, a 411 metros bajo el nivel del mar, tendremos la oportunidad de permanecer inertes en su superficie en una experiencia extraordinaria que se hace posible gracias a la gran salinidad de sus aguas.
Foto: Chris Yunker