Mali es una fascinante mezcla de culturas, tradiciones y mitos, y sobre todo nos acercan a la intrépida, curiosa y mítica ciudad de Tombuctú. Malí, en el África occidental, es uno de los países más pobres del continente, aunque, después de 1992, se ha convertido en uno de los gobiernos políticos más estables de todo el mundo.
El corazón de Mali es su música, que muchos de sus habitantes la valoran por encima de cualquier otra cosa. En consecuencia, los festivales de música subsahariana continúan creciendo en popularidad y atraen a muchos seguidores, incluyendo muchos de los mejores músicos europeos. Una visita completa a Mali debe incluir las ciudades de Bamako, Tombuctú y Djenné.
Bamako será la ciudad a la que accedamos al llegar a Mali. Esta gran urbe es una auténtica mezcla de música de todos los ritmos, un sinfín de gentes comprando o en moto, y grandes mercados al mediodía llenos de transeúntes.
Muchas personas creen que Tombuctú es una ciudad mítica que sólo existe en la imaginación de las leyendas, pero no. Se trata de una ciudad que se enriqueció con el comercio de grandes caravanas de camellos cargados con oro hacia el norte de Europa, y que regresaban con un don, para sus habitantes, mucho más preciado que el oro: la sal.
Hoy Tombuctú, encaramado al borde del desierto del Sáhara, es una ciudad más sombría y empobrecida. Sin embargo, miles de visitantes vienen aquí cada año, la mayoría de ellas a través del río Níger, en barco desde Mopti. Aunque también se puede tomar un vuelo a Tombuctú desde Bamako o la propia Mopti.
Djenné, uno de los más reconocidos centros de aprendizaje islámico, es una de las ciudades también más antiguas del África subsahariana. Se encuentra en las llanuras inundables de los ríos Níger y Bani, a poco más de 300 kilómetros al suroeste de Tombuctú. Los turistas que acuden a este increíble rincón se han encontrado con la magnífica Gran Mezquita de Djenné, el edificio de ladrillo de barro más grande del mundo. Aún así la mezquita permanece cerrada para los no musulmanes.
Infomación práctica
Lo más recomendable, a no ser que tengáis una gran experiencia aventurera, es que vuestro viaje a Mali lo hagáis con alguna empresa de solvencia que os haga un itinerario dirigido. Algunas agencias de viaje no recomiendan el viaje al norte y al oeste de Tombuctú. La mejor época para visitar Mali es durante los meses de noviembre y diciembre, aunque a partir de esa fecha, hasta mayo es lo más recomendable también.
Foto: Vía Accessgambia