Alicante es de esas ciudades españolas que a primera vista no serían un destino turístico preferencial para mucha gente. No obstante, como ocurre con muchas ciudades de este estilo, si miramos más a fondo, si nos ponemos a investigar las cosas que se pueden ver, descubrimos una ciudad que bien merece una larga visita.
Esta capital valenciana tiene varios monumentos que son atractivos de por sí y su infraestructura está más que preparada para la recepción del turista. Así, encontraremos hoteles en Alicante al alcance de cualquiera, de la misma forma que excepcionales restaurantes aptos para todos los bolsillos.
Así, comenzaremos por comentar el edificio del ayuntamiento, una bella obra arquitectónica barroca del siglo XVIII construida sobre la antigua Casa de la Ciudad. Su arquitecto fue Lorenzo Chápuli y en ella podremos apreciar elementos de tipo ornamental tales como las columnas salomónicas de la fachada de sus dos torres y, en su interior, ver varias dependencias preciosas como el Salón Azul de estilo isabelino. Distribuidos por diferentes salas del edificio podremos ver obras pictóricas de Padilla, Cabrera, Amorós y Gastón Castelló.
Al pie de la escalera principal, podremos ver la denominada “Cota Cero”, es decir, el lugar de referencia que indica o se mide la altura sobre el nivel del mar de las diferentes ciudades español.
Otro de los monumentos interesantes de Alicante es el Monasterio de la Santa Faz, también de estilo barroco y ubicado a cinco kilómetros del casco urbano. Dentro guarda una preciada reliquia que se trajo del Vaticano allá por el siglo XV y según cuenta la tradición popular, fue el lienzo con el que la Verónica secó el ensangrentado rostro de Jesús en el camino del Calvario.
Año tras año, el segundo jueves después del Domingo de Resurrección, miles de alicantinos hacen peregrinación para realizar la Romería de la Peregrina de la Santa Faz, la segunda romería más importante de España después del Rocío. La importante reliquia se encuentra en un camarín detrás del retablo mayor.
FOTO VÍA: Rodriguillo