Es imposible aburrirse en Viena, es imposible quedarse en blanco sin saber qué hacer al encontrarnos rodeados de uno de los lugares con mayor patrimonio cultural e intelectual de Europa. Sin embargo, si en algún momento os véis en esta tesitura, os queremos dar unas pistas sobre qué hacer en Viena.
Resulta obvio que una simple mirada al majestuoso Palacio Schonbrunn, con su precioso amarillo rococó, resulta suficiente para acercarnos a él. Se trata de uno de los castillos más preciados de Europa, construido por los Habsburgo en el siglo XVIII. Cuenta con más de mil habitaciones, todas elegantemente decoradas.
Pasear por sus jardines, llenos de esculturas y estanques, con una laguna en donde se refleja el propio castillo. Fijaros en el techo y las cúpulas del palacio. ¿No os parece contemplar la antigua Constantinopla?. Una visita guiada a todo el palacio tiene un precio de 12,90 euros. No hay nada mejor para visitar en Viena.
Otra de las grandes alternativas en Viena es visitar el Prater, su parque de atracciones. ¿Quién no recuerda a Orson Welles, en la película de El Tercer Hombre, con la noria del Prater de fondo?. Precisamente, esta noria fue construida en 1987, en aquel entonces la más grande del mundo. No tengáis miedo a las alturas y subiros, veréis las mejores panorámicas de Viena. La entrada al Prater, además, es gratuita.
Viena siempre ha sido ciudad de intelectuales, y a los intelectuales les encantan los cafés. Es en los cafés de Viena donde se han gestado las mejores obras literarias y las mejores óperas. El Gran Café Central, favorito de Goethe, Trotsky e incluso Lenin, o el Café Landtmann, más relajado, que frecuentaba Sigmund Freud. Café y una típica tarta vienesa, lo mejor para pasar la tarde.
Y después del café, recorremos el centro histórico de Viena, callejuelas de las que emana la música de Mozart, Strauss o Mahler. Hay muchos locales donde comer barato en Viena y escuchar música clásica. No hay nada más romántico. Si queréis algo más espectacular, tal vez os interese acudir a la Ópera de Viena. Tenéis que acudir a una oficina de turismo para que os informen del programa. Un fin de semana en Viena sería ideal para ver alguna ópera.
Pero, si no sois tan refinados, Viena también tiene su corte excéntrico. Para ello nada mejor que acercarnos a la Escuela de Cirujanos, fundada en 1782 y conocida como Josephinum. Abierta al público, no es muy aconsejable para los sensibles e hipocondríacos, ya que hay algunos modelos de autopsia un tanto inquietantes. Sin embargo, por 2 euros que vale la entrada, es fascinante para los amantes de la medicina y la anatomía.
Como véis, quién dijo aburrirse en Viena. Y eso que sólo hemos dado unas pequeñas pistas…
Foto Vía Christ Lemay