Paramaribo, la capital de Surinam

Paramaribo

Hay tantos destinos desconocidos para el turismo en general. En la mayoría de las ocasiones nos proponemos el típico viaje de toda la vida, los lugares de siempre. Solo en contadas ocasiones nos atrevemos con algo más exótico, con una pizca de aventura e incertidumbre. ¿Porqué no elevar ese tanto por ciento de rincones por descubrir?

Para ello os invitamos hoy a conocer Paramaribo, antigua ciudad colonial holandesa de los siglos XVII y XVIII y que en la actualidad es la capital de Surinam. Situada en la costa septentrional de la Sudamérica tropical, durante varios siglos pasó de mano en mano entre holandeses y británicos, que precisamente fueron los que le dieron ese toque tan elegante y sugerente que tiene ahora. Sin ir más lejos, su centro histórico fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en el año 2002.

El porqué es bien fácil de comprobar cuando paseamos por el laberinto de sus pequeñas callejuelas. Todo permanece prácticamente intacto a como era la Paramaribo de los siglos XVII y XVIII. Sus edificios guardan el sabor de lo holandés, pero construidos con elementos locales. Esa mezcla convierte a la capital en un lugar hermoso y pintoresco.

De entre esos edificios hay que destacar especialmente el Fuerte Zeelandia, en pleno centro de la ciudad, el Palacio Presidencial, el Ministerio de Finanzas, la iglesia principal, la exuberante mezquita y la catedral, considerado el edificio de madera más grande de América. Todos ellos erigidos con el clásico estilo de piedra y ladrillo holandés que nos trasladan a cualquier pequeña ciudad de los Países Bajos. Con el paso de los años fueron introduciéndose en ellos elementos nativos que hoy conforman su carácter peculiar.

Fijaros por ejemplo en el Palacio Presidencial. Es un claro ejemplo de esta mezcla que os decimos. Si la planta baja es de piedra, los pisos superiores son de madera. Este juego de materiales se reparte por igual por todo el centro histórico. Todos estos atractivos desembocan en el hermoso Jardín de las Palmeras, un parque enorme que le da un aire más natural a todo el espacio urbano, ya de por sí flanqueado por grandes arboledas.

Indios, caribeños, criollos, cimarrones, amerindios, chinos y europeos conforman la diversidad cultural de la población de Paramaribo. Otro encanto más que añadir a una ciudad que bien podríamos situar en cualquier punto del continente europeo. ¿Os apetece ahora descubrir lugares desconocidos?

Foto Vía Wikimedia