El Rin y poco más de veinte kilómetros separan las ciudades de Estrasburgo, en Francia, y Offenburg, en territorio alemán. Una ciudad esta última del estado de Baden-Wurtemberg, famosa en Alemania por su universidad de ciencias y por hallarse a las puertas del valle del río Kinzig, uno de los más pintorescos y hermosos de la Selva Negra.
Qué ver en Offenburg
Siempre a la sombra de Estrasburgo desde el punto de vista turístico y social, Offenburg está rodeada por uno de los paisajes más bellos de Alemania. La ciudad en sí no tiene un atractivo muy especial, ya que es su entorno natural el que le da realce. Un lugar perfecto para descansar, una magnífica excursión si tenéis pensado reservar vuestros vuelos a Estrasburgo online.
El hecho de estar entre los ríos Rin y Reben hace que las posibilidades turísticas y de actividades al aire libre se multipliquen. En su oficina de turismo os pueden dar información detallada sobre excursiones, zonas de baño en los lagos, rutas ciclistas y de senderismo y, porqué no, alojamientos, bares, tabernas y lo más selecto de la gastronomía. Hablando de esto último, no iros de Offenburg sin probar sus excelentes vinos locales.
A pesar de que los orígenes de la ciudad datan del siglo XII, el centro histórico que podemos ver es el resultado de la reconstrucción llevada a cabo en el XVIII tras el terrible incendio de 1689 llevado a cabo por las tropas de Luis XIV. De aquellas solo se salvó el Convento de los Capuchinos, mientras que edificios como el Ayuntamiento barroco, el Palacio Real de principios del XIX y la judería son posteriores. Dicen los habitantes de Offenburg que su ciudad es mucho más bella ahora que antes.
Podéis pasear por la calle Hauptstrabe, donde veremos el Palacio Real y el Hotel Sonne, el más antiguo de la ciudad (data de mediados del XIV). Es uno de los pocos edificios anteriores al siglo XVIII que quedan en la ciudad. Todo el centro está surcado por zonas peatonales, tiendas, cafeterías, terrazas y restaurantes. También podemos descansar en el parque Burgerpark o en el Zwingerpark, que en primavera estalla de colores con sus magnolias rosas, tulipanes rojos y campanillas amarillas.
Como veis, una ciudad muy agradable a orillas del Rin y muy cerquita de Estrasburgo. Una oportunidad perfecta para adentrarnos en territorio alemán y disfrutar de su paisaje. En primavera o en verano es una auténtica maravilla.