Es la ciudad a la que hay que ir repetidas veces. Y es que no nos la acabamos… ya tanto que ver en Nueva York. Así que no te lo pienses, reserva tus billetes de avión y adéntrate en la Gran Manzana, nunca defrauda.
Una visita a Central Park te llenará de optimismo y deporte. Es el lugar preferido por los ciudadanos para correr, asistir a conciertos, jugar al béisbol con la familia. Recorre las partes más enigmáticas, como el lugar homenaje a John Lennon, al lado del apartamento donde fue asesinado. Has de marcarte un circuito porque es muy grande.
Más allá del centro de Manhattan, se encuentra el barrio de Brooklyn, recomendamos llegar hasta él atravesando el puente que lleva su nombre, muy famoso y que une ambos distritos. Préparate a andar porque el recorrido, aunque no es excesivamente largo, tiene su duración.
Una vez en este barrio, disfruta de sus casas residenciales (sí, son como las películas) y las tiendas de moda y vintage que recorren una zona realmente bohemia, elegida por jóvenes para trabajar y vivir.
Cambiamos de escena y nos vamos al barrio de Chinatown. Se unen una gran cantidad de aromas y culturas diversas, donde los mercados de cocina asiática triunfan. Verás productos realmente sorprendentes, ¡No te lo pierdas!
Muy cerca está Little Italy, el barrio de los italianos por excelencia, realmente no es tan grande como nos parece la priori. Hay alguna calles repletas de restaurantes y típicas trattorias italianas donde comer divinamente. Ese es el encanto de la gran ciudad, una gran cantidad de culturas distintas que son realmente la magia de Nueva York.
Harlem es animado, lleno de clubs con sus ritmos de jazz y funky, algunos donde han pasado viejas glorias de este tipo de música. Pero la iglesias a rimos gospel también hacen furror: totalmente recomendables.
Foto: joiseyshowaa