Mónaco no es sólo glamour. Visita la Catedral de San Nicolás

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El lujo y el glamour son, sin duda alguna, dos de los principales atractivos que lleva a muchas personas a visitar la ciudad-estado de Mónaco. Y es que en ella disfrutan de sus vacaciones algunos de los personajes más adinerados del mundo pues tienen al alcance de su mano todo tipo de formas de entretenimiento y diversión, como el famoso Casino.

Sin embargo, otros muchos turistas que se encuentran realizando una escapada por la zona lo que hacen es dedicar un día a conocer a fondo dicha urbe. Y para ello no sólo pueden pasear por su puerto o por las zonas de casinos sino también conocer alguno de los monumentos más significativos dentro del patrimonio histórico del lugar. Nos estamos refiriendo, por ejemplo, a la Catedral de Mónaco.

Como Catedral de San Nicolás, e incluso como Catedral de Nuestra Señora Inmaculada, también se conoce a este templo que se construyó sobre lo que fue su antecesora, una edificación del año 1252. Sin embargo, sería en el siglo XIX y concretamente en el año 1875 cuando se consagró aquella que es una bella joya del estilo neorrománico.

El Pantocrátor que posee y su espectacular rosetón son, sin duda alguna, dos de los elementos más destacados de este edificio donde también sobresalen el altar mayor y el retablo del siglo XV.

Anualmente muchos son los visitantes que recibe este templo, unos atraídos simplemente por su belleza y valor artísticos y otros, los más curiosos, porque desean conocer in situ el lugar donde se encuentran enterrados algunos de los miembros más importantes de la dinastía Grimaldi como sería el caso de los príncipes Grace, Grace Kelly, y su esposo Rainiero III.

Si vas a pasar por Mónaco entre los meses de septiembre a junio y tienes interés en conocer esta catedral te recomendamos que lo hagas aprovechando la misa de los domingos, a las 10 horas, pues es un momento especial al intervenir el coro de “Los pequeños cantores de Mónaco”.