La maravillosa región medieval de la Dordoña en Francia

Beynac

También llamada Pèrigord, la Dordoña es una de las zonas turísticas más populares de Francia, famosa por sus lugares históricos y sus paisajes exhuberantes. Anclada entre la Edad Media inglesa y francesa, la Dordoña vivió un pasado muy movido, dejando un importante legado de castillos medievales y pueblos fortificados, entre ellos Beynac, la Roque-Gageac y Domme, quizás los pueblos más bonitos de Francia.

Las principales atracciones de Pèrigord se encuentran principalmente a lo largo de los meandros del río Dordogne y en lugares estratégicos, como promontorios rocosos o al pie de acantilados. Merecen pasarse varios días aquí descubriendo estas maravillas. Alquilar un coche es la manera más fácil de recorrer la región, ya que el transporte público es limitado. Hay embarcaciones tradicionales llamadas gabarras que ofrecen excursiones en río según la temporada.

Comenzamos por el castillo medieval de Beynac, situado en la parte superior de un acantilado, 200 metros por encima del valle. Resulta impresionante, sobre todo visto desde el río, con sus robustas torres y torretas reflejadas en el agua. La ardua subida al castillo es recompensada con una maravillosas vistas panorámicas. Construido en el siglo XII, el castillo fue destruido por los cruzados al apoyar a los cátaros, para ser luego reconstruido. De particular interés son los frescos del siglo XV en el Salón de Estado y la torre del homenaje, la más antigua del castillo.

Al otro lado del río se sitúa el Castillo de Castelnaud, construido en el siglo XII. Fue ocupado de manera frecuente por las tropas inglesas, en labores de espionaje de los franceses. Fue devuelto a la corona francesa en 1453, y después de un largo periodo de abandono, fue restaurado en los últimos decenios. Se trata del castillo más visitado en el suroeste de Francia. Hoy alberga un museo de guera medieval, mostrando armas y máquinas de guerra.

El pueblo de La Roque-Gageac fue en su momento un bullicioso puerto fluvial. Se trata de un rincón medieval donde se mezclan las casas humildes con las viviendas de la antigua aristocracia, apretadas entre el río y los acantilados. Sus pequeñas callejuelas conducen a una iglesia con magníficas vistas al río, que a menudo está salpicado de canoas. La mejor hora para visitar este pueblo es a la caída de la tarde, cuando el brillo del sol se refleja en sus piedras y el acantilado.

En un espolón rocoso que domina el río se levanta el pueblo fortificado de Domme, lugar que ha soportado la Guerra de los Cien Años y las guerras de religión. Hay aquí un castillo medieval en ruinas, murallas y tres puertas de la ciudad. La mejor conservada de todas ellas es la Porte des Tours, del siglo XIII, así como varios edificios medievales, tales como la Casa del Minter y el Ayuntamiento. Subir a pie hasta el acantilado ofrece unas amplias vistas sobre el valle, mientras que en su cima, unos jardines públicos ocupan lo que fue uno de los asentamientos favoritos de los antiguos cruzados.

Foto: Vía Nature Wallpaper