La Casa Museo de Ana Frank en Amsterdam

 Casa Museo de Ana Frank

La visita al Museo de Ana Frank en Amsterdam es una de las actividades que realmente debéis hacer, aunque quizás sea algo emocional para las personas sensibles. Una viaje a la Alemania nazi de la Segunda Guerra Mundial. ¿Hay alguien que no haya leido el Diario de Ana Frank?. Yo era uno de ellos hasta hace poco. Me sorprendió tremendamente que una niña pudiese vivir en un espacio tan reducido y con el miedo de aquella época.

Sorprende aún más viendo la estrechez de las pocas habitaciones, situadas encima de la tienda de su padre. Te das cuenta de lo que tuvieron que sufrir, tantas personas viviendo durante dos años en un pequeño espacio, con el terror que había a su alrededor.

Emociona ver las cortinas negras de la casa, recordando cómo Ana ni ninguno de sus familiares podía ver el mundo exterior. Me la puedo imaginar soñando en ser simplemente una persona.

El museo está hecho con buen gusto, con varios vídeos para ver a lo largo de la ruta de acceso a través de la casa. Todas las habitaciones permanecen iguales desde hace 60 años, después de que los nazis entrasen en la casa. Nadie sabe por quién fueron avisados los soldados alemanes para entrar en la casa a través del escondite de la biblioteca. Se cree que fue otra familia neerlandesa con algo de rencor hacia la familia de Ana Frank.

Me encantó la forma en la que el museo recoge las palabras de Ana Frank en su diario, infundiendo esperanza a las generaciones futuras, y dando lecciones de historia al mismo tiempo.

El museo se puede recorrer en más o menos una hora. Eso sí, hay mucha cola siempre en la entrada, aunque se mueve con rapidez. Támbién es verdad que en otras épocas, fuera del verano, habrá menos gente. De todas maneras, se pueden comprar las entradas a través de internet, sobre todo si sabéis cuándo vais a ir.

La entrada al museo es de 8,50 euros, y 9 euros por internet. Están prohibidas hacer fotos dentro de la casa.

Foto Vía Tripadvisor